Planear el trabajo de auditoria es, decidir previamente cuales son los procedimientos de auditoria que se van a emplear, cuál es la extensión que va a darse a estas pruebas, en qué oportunidad se van a aplicar y cuales son los papeles de trabajo en que van a registrarse sus resultados.
La planeación implica, además, -cuando es el caso- la designación del personal que debe intervenir en el trabajo.
La planeación de la auditoria tiene tres fases principales:
Primera: Investigación de aspectos generales y particulares de la empresa a examinar. Comprende el estudio de todas aquellas cosas que hacen distintivas a la empresa que se habrá de auditar, para poder, con ese conocimiento genérico, decidir los aspectos específicos que deberá cubrir la planeación de dicha auditoria.
Segunda: Estudio y evaluación del control Interno. Desde el punto de vista técnico ésta es la fase de planeación mas importante e implica el conocimiento formal de los métodos y rutinas que la empresa tiene establecidos para su operación y administración.
Tercera: Programación del trabajo de detalle específicamente aplicable. Es decir, la formulación del programa de trabajo que indique -punto por punto- cada uno de los trabajos específicos a realizar para lograr la obtención de evidencia suficiente y competente que apoye las conclusiones de la revisión, sobre las que se basa la opinión final o dictamen.