Hay ocasiones en que en una empresa, por motivos de modernización o cambio de ubicación, los activos fijos en operación dejan de ser participes de la productividad de la organización y se abandonan para empezar a utilizar activos mas actualizados o mejor ubicados.
Ante esto nos enfrentamos a la necesidad de definir las partidas registradas en la contabilidad que se verán afectadas por estas decisiones y hacer el movimiento contable correspondiente, toda vez que las propiedades o bienes ahora considerados como abandonados podrían afectar los indicadores del rendimiento operacional de la empresa.
En resumen, las propiedades abandonadas deben excluirse de los activos fijos de operación para evitar un error al calcular la tasa de rendimiento que habrá de servir como guía para evaluar a la administración. Por lo tanto no deberá incluirse dentro de los activos fijos. Se habrán de clasificar dentro del grupo de partidas de activos denominados “Otros Activos” como “Propiedades Abandonadas”.