Si usted está camino a convertirse en CEO, tenga cuidado. Muchos sucesores encuentran que el camino hacia la oficina de la esquina está lleno de obstáculos inesperados, generalmente en la forma de una relación mal manejada con uno de los seis tipos de personas involucradas en la organización (stakeholders):
- El CEO actual
- Los colegas del sucesor
- Quienes reportan al sucesor
- Los clientes
- Analistas de mercado y accionistas
- La junta directiva
La sucesión no es un proceso completamente racional, según explica el coach ejecutivo veterano Goldsmith. Los asuntos personales, los egos y las emociones influyen en las decisiones tanto como la lógica de los negocios.
Ejemplo de esto fue Lee Iacocca, quien en 1978 era considerado por muchos como el candidato obvio para presidir a Ford. No solo fracasó en obtener el cargo, sino que fue despedido. Como explicación, Henry Ford II comentó que “a veces simplemente no te gusta alguien”.
Para asegurar la promoción, los “herederos prospecto” deben reforzar sus relaciones con los involucrados cuyo apoyo necesitarán para tener éxito como CEOs. Eso incluye lograr un equilibrio delicado en diversas áreas.
Por ejemplo, los candidatos deben proyectar su disposición a liderar a la vez que apoyan al CEO actual, mostrar respeto por sus colegas y demostrar que pueden tomar decisiones difíciles sin afectar a sus liderados. También es crítico para ellos determinar si han tenido traspiés que requieran cambios en el estilo personal o en su forma de abordar la construcción de relaciones.
El CEO actual puede proveer una guía invaluable en áreas ávidas de mejoras, así como en muchos otros asuntos como cuales son los clientes que el sucesor debe conocer bien o cuales son las preocupaciones específicas de algún miembro de la junta directiva.
Construir mejores relaciones con los involucrados requiere de tiempo y esfuerzo; manejarse con tanto cuidado puede desgastar. Pero aquellos ejecutivos que lo hacen antes de convertirse en CEO tienen mejores probabilidades de llegar a la línea de llegada, y al final, se convertirán en mejores líderes.
Fuente Original: Harvard Business online
