Son las tres frases más importantes que Homer Simpson enseña a su hijo Bart para que le vaya bien en la vida.
… y parece que Homer no esta muy equivocado, porque en estos tiempos de fraudes piramidales varios, crisis económicas y terminología “subprime”, nos encontramos en todos los entornos, con un uso recurrente de las dos primeras frases.
¿Cómo es posible que esta bola de despropósitos haya crecido de esta manera?, ¿algún responsable?: “yo no he sido”, “ya estaba así cuando lo encontré”… y aquí paz y después gloria. Parece ahora que todo el mundo lo sabía pero nadie decía nada y la bola seguía creciendo.
Quizás, también tenga algo que ver la 3ª frase que Homer propone a su hijo: “¡Qué buena idea jefe!”. Porque a ver quién iba a ser el listo, que en pleno ciclo de crecimiento económico y beneficios, iba a aguar la fiesta y confrontar decisiones ciertamente arriesgadas, a pesar de que el sentido común y todo el mundo veía claramente que ésto tenía fecha de caducidad.
A menudo en las organizaciones, vemos el beneficio que le sacan algunos a la adulación del jefe y a no contradecirle sea lo que sea que diga o que haga. Si ésto ya pasaba en los buenos tiempos, mucho más en tiempos de ERE´s, porque cuando uno teme quedarse sin trabajo, ¿quién le lleva la contraria al jefe?.
Como anécdota, hace poco trabajando con un directivo en un proceso de coaching, en el que tenía que mejorar claramente la gestión y organización de su equipo, decidió como punto de partida, preguntarle directamente a su equipo qué comportamientos concretos pensaban ellos que él tenía que mejorar. La contestación de todos fue unánime: “¡qué dices jefe! si tú gestionas muy bien”… en fin, malos tiempos también para un feedback sincero.
Decía Baltasar Gracián: “No es la ingenuidad para tiempo de tanta malicia”.
Fuente: Elena Méndez en Desarrollo Profesional
Fuente: Elena Méndez en Desarrollo Profesional