jueves, 19 de mayo de 2011

3 Pasos para saber que delegar y en quien


La delegación de funciones o actividades es una habilidad especial característica de los administradores de éxito y a menudo ignorada por los directores debido -según ellos- al exceso de trabajo.

No cualquiera esta dispuesto a delegar funciones o actividades y menos si estas son las del aparador o aquellas que evalúa directamente el consejo o la dirección.

Saber delegar implica -inicialmente- dos puntos importantes: qué delegar y en quien.

Aquí hay tres sencillos pasos para decidir de lo que puede desprenderse sin temor a perder jerarquía, poder, liderazgo o satisfacción:

1. Priorice las funciones que desempeña. Eche un vistazo a su carga de trabajo e identifique tareas, proyectos o funciones que requieren de sus habilidades o nivel de autoridad y las que se considera que no es tan necesario.

2. Clasifique lo delegable. Determine lo que otros pueden hacer fácilmente, lo que requiere entrenamiento para que otros lo hagan y lo que necesita de la subcontratación.

3. Conserve lo que lo hace feliz. No delegue las cosas que disfrutas más, incluso si otros pueden hacerlas. La delegación debe aumentar su satisfacción en el trabajo, no disminuirla.
Ahora, para saber en quien delegar deberá ser en la persona que reúna las siguientes características:

- Confianza. Deberá ser la persona en quien mas confía y que haya demostrado lealtad incondicional.

- Capacidad. Además del punto anterior deberá tener una demostrada capacidad para seguir las indicaciones iniciales y habilidades en armonía con las nuevas funciones a desempeñar.

- Compromiso. Que se identifique con las nuevas funciones y que tenga arraigo en la organización.
Cumpliendo estos sencillos pasos se podrá tener la tranquilidad para delegar, sabiendo que no se corre riesgo alguno y, así, poder enfocar tiempo y esfuerzo en actividades de crecimiento personal y de la organización.
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