Hablar de plantación es hablar de fijación de los objetivos que persigue una empresa, institución o persona; sin embargo antes de determinar esos objetivos es imprescindible conocer y analizar el medio ambiente donde se desenvuelve la empresa, así como la trayectoria futura que este medio ambiente pudiera seguir; de otra manera, los planes que se formulen estarán fuera de la realidad y , por lo tanto, serán imprácticos.
En forma general, las consideraciones y elementos en función de los cuales debe hacerse la planeación puede dividirse en consideraciones externas o internas a la empresa.
Las internas por estar dentro de la empresa -en sí- son hasta cierto punto controlables o manejables, e inclusive hasta estandarizadas.
En cambio las externas que dependen totalmente de situaciones que si bien son adaptables pueden no ser predecibles si no son bien consideradas en cuenta.
Dentro de estas consideraciones externas se encuentran las siguientes:
a) Los cambios tecnológicos. Indudablemente en la época actual -y con la celeridad que se están dando- las innovaciones en la tecnología son determinantes para la planeación. Un dirigente deberá estar consciente de los lineamientos de la técnica y perspectivas hacia el futuro en lo que se refiere a sistemas, maquinaria, equipo, capacitación, etc. antes de decidirse a planear.
b) El fenómeno político. Dentro de un país es de primordial importancia para el empresario tener en cuenta las tendencias respecto a las leyes impositivas, regulación de precios, prescripciones de leyes, grado de intervención estatal y otras imposiciones o condiciones no menos importantes.
c) Condiciones sociales y económicas. Las tendencias de crecimiento poblacional, el poder adquisitivo de los habitantes, las tendencias internas y externas del mercado, empleo, salarios, productividad, renta nacional, educación, son otros puntos de interés que habrá necesidad de contemplar previamente a la fijación de los objetivos.
Una planeacion considerando solo los factores internos de la empresa seria como salir a caminar con los ojos vendados e intentar avanzar a base de tropezones.