Autor: Robert Kuttner
En la economía global los países necesitan coordinar esfuerzos en materia de impuestos - pero Washington parece no estar dispuesto a cooperar con la Unión Europea.
Muchos norteamericanos se preocupan por el incesante aumento de sus déficits presupuestario o esperan que el Congreso otorgue más beneficios en materia tributaria a familias de bajo ingreso, pero a la vez se preguntan por qué el gobierno deja de lado opciones que solucionarían tales problemas como el preocuparse por los casi US$ 200 mil millones que deja de recibir por impuestos no declarados.
La respuesta es falta de ejecución. Basta pensar en la evasión legal de impuestos internacionales. Cada año el Tesoro norteamericano pierde entre US$ 70 y US$ 100 mil millones por empresas e individuos que declaran sus ingresos en paraísos fiscales, aún cuando se realizan en EUA o Europa.
La evasión legal frecuentemente termina en ilegal, debido a que Estados Unidos mantiene acuerdos inadecuados en el área impositiva con estos paraísos fiscales - los reportes no son confiables y las investigaciones son casi imposibles. Se estiman unos 82.100 casos conocidos de evasión - pero la IRS sólo puede procesar 17.000 por falta de recursos.
Otro mecanismo menos nombrado pero más costoso, es la evasión que involucra el beneficio a algunas corporaciones norteamericanas de “diferir” indefinidamente los impuestos sobre ingresos obtenidos fuera de las fronteras. En teoría, si el ingreso es pechado en el país donde se gana, sería injusto hacerlo también en Estados Unidos, pero en la práctica, la evasión se hace en ambos.
En una economía como la actual, que plantea el reacomodo de reglas para fomentar el comercio, la contabilidad y la propiedad intelectual, se necesita coordinar también la ejecución de las normas tributarias. Los países pueden tener diferentes políticas al respecto, pero también deberían actuar concertadamente para evitar la retención de ganancias y la evasión flagrante de impuestos.
Fuente Original: Businessweek Magazine