La forma de administrar una organizacion es diferente de una cultura a otra. Hay directores que toman en cuenta los datos que les presentan para tomar decisiones, otros se basan en la intuición, algunos consideran la cultura organizacional y también hay los que consideran situaciones externas para decidir.
En un articulo publicado recientemente en la revista Expansión titulado: "Las mentalidades del profesional" -referente al tema- su autora Angela Mendez considera interesante que hagamos un análisis de la propia personalidad buscando una mejora personal y profesional para "Saber cómo es nuestra forma de actuar, de afrontar los problemas y tareas y la manera de relacionarse con los demás".
En el mismo articulo hace una clasificacion de las distintas formas de administrar tomando en cuenta el origen de las personas:
Anglosajona: Las personas con esta mentalidad se fijan más en lo de fuera, en lo global. En ellos priman los datos, los hechos y las tareas. Les gusta hacer negocios mediante grandes operaciones, son maestros de la estrategia y del análisis del entorno. Son muy competitivos y se orientan mucho a los resultados. Esta mentalidad es propia de personas que no esquivan el conflicto, son dominantes, duros e individualistas. Sin embargo, no les gusta hablar de sus sentimientos y sobre todo de los suyos. Los directivos con estas características se sienten atraídos por el poder pero son distantes de sus equipos. Disfrutan mandando y consiguiendo resultados.
Latina: Su rasgo principal es la emotividad y la extroversión. Les interesa lo de fuera, lo global. Son pasionales, intuitivos y muy creativos. Las personas con esta mentalidad son buenos comunicadores, escuchan la opinión de otros, están abiertos al cambio, pero también son desorganizados, superficiales en sus análisis y, a veces, exagerados en sus afirmaciones. Los profesionales con estos rasgos son personas con dotes para influir, tienen gran olfato comercial, son muy seductores, impulsivos y con mucha capacidad empática. Pero también son personajes que les gusta el reconocimiento, quedar bien y el aplauso.
Asiática: Desde la visión asiática de mundo lo más importante es lo cercano, lo concreto y la propia identidad y todo lo que tiene que ver con las ideas, las personas y los conceptos. A este tipo de profesionales les gustan las relaciones personales, las redes de confianza, el equipo… Valoran mucho la palabra dada, la confianza y la fuerza de la tradición. Otro de los rasgos más importantes de estas personas es su gran sensibilidad. Los directivos con esta mentalidad se ocupan del desarrollo de sus colegas y colaboradores, fomentan los valores, tratan de crear un ambiente de trabajo distendido, sin enfrentamientos ni tensiones. Sus puntos débiles están relacionados con la falta de coraje para afrontar situaciones duras y complicadas, sobre todo, si hay personas de por medio. Son personas humildes y pacíficas con tendencia a evitar los conflictos personales. Los ejecutivos deben reconocer los aspectos positivos de cada forma de pensar y entre sus funciones está la de saber gestionarlas y combinarlas
Germánica: La mentalidad germánica es propia de personas organizadas, analíticas y con capacidad de resolver problemas prácticos. Les interesan los datos, los hechos y las tareas, a la vez que se centran en lo cercano, en lo concreto y en la propia identidad. A las personas que se rigen por esta forma de ver el mundo les gusta lo que se puede cuantificar, lo sistemático, el orden y la calidad técnica. Valoran mucho la estabilidad y, por tanto, todo lo que suponga un cambio y no esté bien estudiado les inquieta. Por lo general son conservadoras en sus decisiones y algo maniáticas en sus vidas.
Aclara la autora que "Estas cuatro mentalidades representan los estereotipos, los extremos. Nadie es cien por cien así. Aunque se identifique más con un tipo de mentalidad, todos tenemos rasgos de las demás. Como Luis Huete señala en su libro Construye tu sueño (Editorial Lid) "en el mundo de la empresa es fundamental que los directivos sepan moverse y tratar con las cuatro mentalidades, porque cuanto más esquinada sea su gestión menos sostenible serán sus resultados"."
Termina diciendo que "los ejecutivos, deben reconocer los aspectos positivos de cada forma de pensar y entre sus funciones está la de saber gestionarlas y combinarlas".
Fuente: Expansion