jueves, 2 de diciembre de 2010

Análisis de la liquidez en la empresa


El análisis de los estados financieros ayuda a los interesados a saber la situación por la que pasa una empresa o cual es su estado en la economía de la entidad.

Los analistas aplican diversas herramientas para emitir su opinión o hacer sugerencias. Una de ellas, muy utilizadas por la mayoría debido a su simpleza en la aplicación, es la evaluación de la liquidez de una empresa aplicando la razón corriente: Activo Corriente / Pasivo Corriente.

Esta sencilla operación indica que, mientras más alta sea la razón, mejor es el resultado de la evaluación. Y es que esta ilusión financiera -que nos dice que por cada peso en el activo corriente se tiene una proporción menor en el pasivo- también nos indica que mientras más efectivo tenga inmovilizad la empresa en cuentas por cobrar e inventarios, menos liquidez contará para el pago de sus obligaciones corrientes.

Y es que siempre que las cobranzas son lentas y los inventarios demoran en venderse, las opciones de aumentar los periodos del crédito de proveedores o conseguir préstamos bancarios para capital de trabajo se vuelven mas complicados debido al aumento de requisitos para garantizar el pago de los adeudos.

Los analistas profesionales indican que, en estos casos, lo más acertado sería evaluar el Estado de Flujos de Efectivo, para conocer sí realmente se está generando el efectivo suficiente para cubrir las obligaciones con proveedores, gastos de la empresa y pagos de impuestos, entre otros.

Si este análisis arroja un saldo negativo el analista se preguntara: ¿cómo se están financiando algunas actividades del negocio?, ¿con préstamos de socios, venta de activos fijos, préstamos de bancos, incremento de capital...?. Identificar estas fuentes de financiamiento permite conocer en realidad la liquidez del negocio.

Si la situación negativa es una constante, seguramente se trate de un grave problema de liquidez, que se agravará cuando ya no tenga activos fijos que vender o acceso a financiamiento.

Para evitar estas situaciones las las empresas deberán manejar correctamente sus activos corrientes, adecuando sus políticas de crédito a la realidad actual, adquiriendo el inventario mínimo y necesario y no inducirlos al logro de mínimos de razón corriente para aparentar una falsa liquidez.

En resumen, aplicar la razón corriente para evaluar la liquidez de una empresa es una herramienta desfasada. Debemos concentrarnos en el análisis del Estado de Flujos de Efectivo y verificar que las actividades de operaciones generan los suficientes recursos para el pago de las obligaciones corrientes.
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