jueves, 12 de agosto de 2010

Outsourcing bueno, outsourcing malo

El outsourcing es un concepto que desde hace algunos años se ha venido utilizando -de poco a mas- en la comunidad empresarial.

Su esencia es la prestación de servicios de puestos "no clave" que acarreen contingencias laborales entre el empleado y la empresa que contrata estos servicios.

Pero como suele suceder -en todas las cosas bienintencionadas- siempre hay vivales que ven oportunidades donde hay confianza; y de algo bueno se convirtió, en la mayoria de los casos, en algo malo, indebido, en una práctica fraudulenta como lo ha llamado finalmente la autoridad.

De ahí que este concepto se clasifique ahora en dos tipos: el outsourcing “positivo” y el outsourcing “fraudulento”.

El primero es aquél que ofrece servicios especializados -de vigilancia, mensajería, informática o limpieza- para “optimizar recursos” a las empresas contratantes; para no desviar la atención hacia puestos de importancia relativa que en algún momento -y por descuido- se podrían volver problemáticos.

El otro es aquel esquema contratado o creado para evadir las responsabilidades del patrón a través de la subcontratación. En este caso, la mayoría del personal -por no decir todos- se contrata bajo este esquema.

En el outsourcing positivo todos los derechos y prestaciones de los trabajadores son respetados sin menoscabo económico, lo unico que se  busca es evitar las contingencias laborales que una relacion de trabajo subordinada suele acarrear.

En cambio, en el outsorcing fraudulento, si bien la intención del contratante podría ser la misma, la del prestador de servicios cambia rotundamente. La intensión de este ultimo es engañar a la autoridad fiscal reportando los ingresos del trabajador como mínimos dejando en consecuencia la diferencia entre la realidad y lo reportado como su margen de utilidad.

De todos es conocido que la autoridad ha hecho hasta lo imposible para evitar este tipo de practicas fraudulentas, pero tambien se debe entender que gran parte de estas es generada por los contratantes de estos servicios, a los cuales seguramente no les interesa que "sus empleados" sean tratados con dignidad.
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