lunes, 21 de junio de 2010

Los premios y los castigos son educativos parte 1/2

Los premios y castigos son instrumentos eficaces en situaciones en las que el proceso educativo sufre desviaciones, paradas o retrasos.

Son situaciones críticas y patológicas en las que el tratamiento habitual que se suministra en el proceso educativo, que son buenas dosis de ejemplos, persuasión y reflexión no surte efecto y es necesario restablecer un cierto equilibrio.

Un remedio será pues seguir una medicación adecuada basada en premios y castigos, además, claro está, de actuar en algunos otros frentes.

En resumen, los premios y castigos son recomendables y adecuados si se usan como medios temporales de obtención de logros y siempre de forma apropiada.

Lea, por favor, las instrucciones de uso.

Premios

Tipos de premios:

* Premios previstos. Son las recompensas pactadas que se ofrecen si se presenta la conducta que se espera. El deseo de conseguirlas ayuda a regular la conducta.

* Premios imprevistos. Se conceden sin previo aviso como reconocimiento a una conducta deseable. Puede producir efecto en la persona que lo recibe y en las que lo observan. Ambos relacionan las conductas deseables con la recompensa.

* Premios por entregas. Son los que mantienen el interés más vivo, al concederse puntos o vales acumulables cuando se producen pequeños logros. Al alcanzar una cierta cantidad, se logra el premio.

* Premios liberadores. Permiten liberarse de alguna tarea desagradable.

Composición de los premios:

* De base afectiva. Consisten en expresiones afectivas de los padres, como abrazos, felicitaciones, lugares preferentes en la mesa o en el coche…

* De base material. Consisten en posesiones materiales, como diversos objetos o dinero.

* Relacionados con la autonomía. Ofrecen más libertad o autonomía para gestionar el dinero, el tiempo, el espacio…

Orientaciones de uso:

* Definir bien lo que se espera y el premio que se puede conseguir. Luego cumplir lo pactado.

* Proporcionar premios acordes con el esfuerzo realizado y con las posibilidades razonables de la familia.

* Plantear la obtención del premio a corto plazo para los más pequeños.

* Proponer premios alcanzables. Sólo son útiles si se confía en alcanzarlos.

Efectos secundarios:

Evitar su uso prolongado y variado porque crea adicción y no se actuará si no es a cambio de premios. Modifica la conducta pero no necesariamente las actitudes y motivaciones, por lo que hay que combinarlos con otras acciones educativas.



Fuentes Original: wikipedia.org / José María Lahoz García. Pedagogo
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