lunes, 24 de mayo de 2010

Cemex: Fisuras en el plan

Hace poco mas de dos años, Cemex se expandía de forma monumental por la adquisición de la proveedora australiana de materiales de construcción Rinker, por unos US$15.300 millones, y se posicionaba como la tercera cementera mundial en EUA, España y el Reino Unido.

Ahora todo eso cambió. Su acción ha caído un 70% en los últimos 12 meses, sus operaciones en Venezuela fueron nacionalizadas por el gobierno de Hugo Chávez y la calificación de su deuda ha sido rebajada.

Sus tres principales mercados, que representan el 38% de sus ventas y el 30% de su ganancias, están en crisis, el peso mexicano se tambalea y su deuda se multiplicó unas tres veces con la compra de Rinker. Además, enfrenta acusaciones de autoridades europeas por conformar un cartel junto con sus rivales Lafarge y Holcim.

Aunque no será fácil, se espera que Cemex salga adelante gracias a la fortaleza del mercado local mexicano y sacando provecho a aquellas plazas que hasta ahora han sido menos importantes para ella. Primero, tendrá que dejar atrás el círculo vicioso que la llevó a reducciones en su calificación crediticia: El pronóstico negativo en sus tres mercados principales afectó los resultados financieros; lo cual afectó la generación de flujo; y ello, a su vez, la capacidad de repago de la deuda.

A mediados de octubre del año pasado Standard & Poor's le rebajó la calificación de BBB a BBB-, todavía en el grado de inversión. Pero a fin de ese mes Fitch la bajó a BB+, o sea, nivel especulativo o "basura", lo cual afectará la capacidad de la empresa de emitir deuda de corto plazo en términos atractivos.

Con los instrumentos derivados, Cemex había ahorrado unos US$300 millones en pago de intereses, pero el mes pasado esto le hizo perder US$711 millones y a partir de ello, cerró cerca del 70% de sus posiciones en el mercado de derivados en dólares para disminuir su exposición al riesgo.

La empresa busca reducir el nivel de deuda en dólares e incrementar su proporción en pesos mexicanos y, con ello, enmendar su error. Para aminorar los golpes, lanzó un programa de disminución de costos por unos US$500 millones, cuyas iniciativas casi fueron completadas en el final del 2008 e incluyeron la reducción de presupuesto, el cierre de operaciones no rentables y el recorte del 10% de la plantilla laboral global, equivalente a alrededor de 6.000 trabajadores.

También anunciaron que en 2009 sus inversiones de capital serían de sólo US$850 millones, cifra notablemente menor a los US$2.000 millones del 2008. Por otro lado, espera concretar la venta de sus activos en Austria, lo que unido a sus activos en Hungría, Australia y una empresa telefónica en México, suman un total de US$2.000 millones, y también recibirá ingresos por concepto de la nacionalización en Venezuela. Además, ya se encuentra renegociando sus próximos vencimientos de pasivos, por un monto total de US$3.000 millones.

Algo que le ayudará en la actual coyuntura es el Programa Nacional de Infraestructura (PNI) del gobierno federal, que entre 2007 y 2012 prevé una inversión de US$250.000 millones para proyectos constructivos de diversa índole y que en los próximos meses se acelerará para paliar el contagio de la crisis global. Y Cemex, finalmente, tiene poco menos del 50% del mercado mexicano de cemento y sus indicadores en el país son muy buenos.

En los últimos 12 meses el margen de ganancias ha sido de entre 35% y 40% y no se prevén alteraciones en sus operaciones mexicanas. El sector de la construcción en México será uno de los mejor librados en la crisis, pues la carencia de vivienda e infraestructura sigue siendo enorme y el gobierno no ha dado marcha atrás en sus planes de subsidios y programas para apoyar la adquisición de viviendas.

Por último, a Cemex le quedan oportunidades en América Latina, África y Asia, regiones emergentes que si bien se enfriarán con la crisis, están funcionando muy bien.

 
 
Fuente Original: America Economia Magazine
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