viernes, 29 de enero de 2010

Reduccion de Impuestos, tónico para las economías enfermas

La crisis del tercer mundo evoca la situación desesperada que viven los países que contrajeron enormes deudas y ahora están sumidos en la pobreza, sin poder pagar sus debitos ni elevar el nivel de vida de sus pueblos. No obstante el economista Alan Reynolds afirma que existe un remedio contra el estancamiento y la inflación, y que sirve para países de muy diversa índole.

“En 1985, después de seis años de depresión, la tasa anual de inflación en Bolivia fue del 23,000 por ciento, y el producto per capita, ajustado al incremento de precios, había descendido 30%. Sin embargo, para 1987, la inflación bajo a 10.6%, y la economía empezó a crecer a un ritmo del 2%, a pesar de que los precios del estaño y del gas natural -dos de las exportaciones principales de Bolivia- estaban sumamente deprimidos. ¿Cómo pudo lográrlo ?

La tasa mas alta del impuesto sobre la renta fue reducida al 10%. El déficit presupuestario, que era del orden del 36% del Producto Interno Bruto (PIB) en 1984, había desaparecido prácticamente en 1986. El gobierno boliviano ya no tenia que imprimir dinero para pagar sus cuentas.

En la década de los 80´s la isla Mauricio, en el océano Indico, tenia una tasa de desempleo del 17.6% y muchos de sus habitantes querían emigrar. En 1985, Mauricio, redujo las tasas fiscales del 70 al 35%. Por otra parte, amplio las zonas para el procesamiento de exportaciones que gozaban de incentivos fiscales y que no pagaban aranceles ni imponían limitaciones a los inversionistas. En 1988, el crecimiento real del PIB en ese país llego al 8%. El déficit presupuestario bajo radicalmente. Ahora el gobierno de Mauricio afirma que casi se ha acabado el desempleo.

En Jamaica, la producción empezó a quedarse a la zaga de los precios en 1974 y siguió bajando año con año hasta 1985; para entonces la tasa máxima del 57.5% de impuestos se aplicaba a ingresos anuales de 14,000 dólares jamaiquinos (unos 2,500 dólares USA). Cerca de la tercera parte de los profesionales y administradores del país se expatriaron. Después, el primer ministro Edward Seaga redujo al 33% la tasa fiscal mas alta, y también bajó las tarifas arancelarias. En 1986, la producción aumento casi el 2% mas que los precios; 5.2% en 1987 y .5 en 1988. La inflación, del orden del 26% en 1985, descendió a cerca del 8% en 1988.

Turquía lleva mucho tiempo llevando una inflación acelerada. Su economía fue débil hasta que, en 1985-1986, los gravámenes sobre personas físicas, que eran del orden del 40 al 75% en 1981, pasaron a ser de 25 a 63% y, por último, de 25 a 50% al año. Desde entonces el crecimiento económico ha sido de mas del 5% anual en promedio. La captación fiscal aumento, en gran parte, porque hubo mayor crecimiento de la economía y se redujo la evasión. El déficit presupuestario, que era casi el 6% del PIB en 1984, bajo a menos del 4% en 1986.

Estos ejemplos son apenas una pequeña muestra. En el decenio de 1980 a 1989, pasaron de 24 los países que han disminuido considerablemente las tasas más altas de impuestos sobre la renta; entre ellos están todos los países industriales importantes.

Donde se ha optado por tasas fiscales mas bajas, la situación ha marchado bien. La producción ha aumentado, la inflación se ha moderado y los déficits presupuestarios han bajado. La captación no ha disminuido en ninguno de estos países.

Solo un puñado de países de America Latina y de África han aplicado reformas similares. No obstante, con una tasa fiscal del 10% para la mitad más opulenta de la población, seguramente se obtendrían mas ingresos que con las onerosas tasas de hoy, que suelen ser del orden de 50 a 75%.

Cuando un país financia su déficit presupuestario emitiendo dinero e incrementando las tasa fiscales, empieza la fuga de capitales, la economía se torna subterránea y disminuye la captación fiscal. Para deshacer esa espiral descendente de inflación y estancamiento, es necesario bajar las tasas impositivas.”



Fuente: Economic Journal
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