Una de las cosas más difíciles de
hacer como gerente debe ser -sin duda- decirle a un empleado que está despedido.
Se necesitaría no tener sentimientos -o perseguir fines deshonestos- para hacer fríamente algo que seguramente influirá en el futuro de esa persona.
He aquí tres
consejos para manejar con sabiduría esta situación desgarradora:
- Aporte respuestas. Cuando se despide a una persona, es probable que esta tenga un montón de preguntas y preocupaciones. Prepárese con respuestas practicas, cargadas de veracidad que le digan a la persona la realidad de la decisión tomada.
- Escuche, no reaccione . Perder el trabajo puede ser traumático. No se deje atrapar en responder a las emociones de sus empleados. Escuche con respeto. Ofrezca hablar de nuevo más tarde, cuando las emociones no estén tan a flor de piel.
- Hable con su equipo. Despedir a un empleado impacta a cada uno en el resto de su equipo. No sólo por las nuevas asignaciones de trabajo, la gente también querrá saber acerca de su seguridad laboral. Compartir información que pueda tranquilizar a las personas que se quedaron es saludable para el clima laboral.
