viernes, 7 de octubre de 2011

Una conmovedora historia, seguro te llegará al corazón.


Un hombre joven estaba de compras en el supermercado, cuando notó que una viejecita lo seguía por todos lados. Si él paraba, ella paraba, además de quedársele viendo...


Al fin, camino a la Caja, ella se atrevió a hablarle y volteándose le dijo:



- 'Espero que no lo haya hecho sentirse incómodo. Es solo que usted se parece mucho a mi hijo que recién falleció.


- 'El joven con un nudo en la garganta, replicó que estaba bien, que no había problema.


- Sé que lo que le voy a pedir es algo poco común. Cuando él fallecio no pudo despedirse de mi..... pero si usted me dijera 'Adiós mamá' cuando me vaya del supermercado, sentiria que él lo esta haciendo y eso.... me haría muy feliz.


El joven sabiendo que seria un gesto que llenaría el corazón y espíritu de la viejecita, accedió.


Entonces, mientras la anciana pasaba por la caja registradora se volteó y sonriendo, con la mano le dijo:


- ¡Adiós, HIJO!


Y Él lleno de amor y ternura le respondió efusivamente


- 'ADIÓS, MAMÁ'.


El hombre, contento y satisfecho por que seguramente había traído un poco de alegría a la señora, continuó a pagar sus abarrotes.


- 'Son $ 1,242. 85' le dijo la cajera.


- ¿Por qué tanto? si solo llevo cinco cosas!


Y la cajera le dice:


- 'Si, pero su MAMA dijo que usted pagaría por sus cosas también'.


Moraleja:


"No todo lo que brilla es oro y no todo el oro, aunque brille, es bueno".
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