jueves, 23 de junio de 2011

Los malos hábitos de las personas altamente incompetentes


Hay muchos escritos en la red que nos dicen como ser una persona acertiva, líder, triunfador, simpática, agradable, con altos valores morales, con un amplio sentido común y aprecio por los demás, en fin, ser una persona de verdadero éxito.

Y en la mayoría -si no es que en todos- podemos encontrar que para ello se necesita mucha dedicacion, constancia y disciplina.

Pues bien, ¿que sucede cuando la constancia, la dedicacion y la disciplina son diluidas por la flojera y el "hoy no tengo ganas"?

Todos sabemos que hacer algo implica una acción, algo que hacer, algo que llevar a cabo. Si queremos bajar de peso, nos dicen que hay que hacer ejercicio; si queremos ser lideres, hay que aprender a serlo; si queremos triunfar, tenemos que ser como los triunfadores. Para todo hay que hacer "algo" y si por desgracia algún día dejamos de hacer ese "algo", el precio que se paga es el tener que iniciar de nuevo,  y ahí es donde se mueren las ganas de hacerlo.

Pero, ¿que sucede cuando dejamos de hacer algo? eso no implica ninguna acción. ¿Y si eso que dejamos de hacer es algo que nos hace daño?

Así es, dejar de hacer cosas o hábitos que nos hacen daño tal vez no nos hará ser una persona triunfadora ni de gran éxito, ni nos hará "gurus" o "guias espirituales", pero eso sí, seguramente y sin duda alguna, nos ayudará a dejar de ser una persona del montón, una persona altamente incompetente.

Pues bien, dejenme decirles que para dejar de ser ese tipo de persona la cosa es sencilla: simplemente hay que dejar de hacer lo siguiente:

Creer todo lo que se dice. Estar al tanto de chismes no lo hace el mas popular, ni el dominador de situaciones y personas, eso si, será considerado como un excelente conductor de mentiras y rumores sobre alguien o algo que no conoce o cree conocer.
Ser negativo. Quejarse de todo: si sale el sol, que es demasiado caliente; si llueve, maldecir que la lluvia arruinó sus planes para el día; culpar al viento por arruinar su cabello. Pensar que todo el mundo está en su contra. Ver los problemas pero nunca las soluciones. Cada dificultad exagerarla hasta el punto de la tragedia. Considerar los errores como catástrofes en lugar de aprender de ellos.
Ser impulsivos. No razonar antes de llevar a cabo una acción argumentando que su instinto así se lo indicó. Bien dicen, aquellos que saben: "el ser humano es el ser racional que mas irracionabilidades comete". Gastar pensando en "creo que me lo merezco" es pretextar necedades y no pensar en las consecuencias. Aquellos que se dedican a relaciones sexuales sin protección, criminalidad y similares se incluyen en este grupo.

Hablar mas de lo que se escucha. Los monólogos suelen ser aburridos y tediosos. Querer ser la estrella del espectáculo, en la boda el novio y en los velorios el muerto denota inconsciencia y deja al descubierto que lo que se está diciendo ya no es razonable. El no escuchar a otras personas porque se es demasiado orgulloso para admitir sus errores -en su mente siempre son correctos- y rechazar sugerencias, es señal inequívoca de que eso les hará sentirse inferiores.
Desistir fácilmente. La gente exitosa trata sus errores como el camino hacia el éxito. Los incompetentes los suelen reconocer como los primeros signos del fracaso. Suelen iniciar emocionados con un gran esfuerzo, pero luego, cuando se producen los errores, pierden el interés rápidamente. Luego buscan e inician algo nuevo. Misma historia, mismos resultados. La gente incompetente no tiene la persistencia para seguir adelante y cumplir sus sueños.

Menospreciar a la gente. La gente incompetente no admira a las personas de éxito, las envidia. En lugar de trabajar duro para ser como ellos, difunden rumores, mentiras o hacen cualquier truco sucio para derribarlos. Podrían pedirles asesoría para igualar su éxito, pero no, son demasiado orgullosos. Además, son demasiado negativos para intentar lograr algo.

Perder el tiempo. No saben qué hacer con su tiempo. Suelen ser felices con solo comer, emborracharse, viendo TV o peor, mirando a la pared en blanco, sin pensamiento alguno sobre como mejorar sus vidas. Es bueno disfrutar de vez en cuando, pero el tiempo debe gestionarse de forma eficaz para tener éxito. Debe haber un equilibrio entre trabajo y placer.

Hacer lo mínimo indispensable. Si hay dos caminos para elegir, la gente incompetente elegiría el camino más amplio, aunque este ofrezca menos beneficios que el camino más estrecho con mejor recompensa al final. No quieren ningún sufrimiento o dificultades. Quieren una vida tranquila. Lo que estas personas no saben es que se cosecha lo que se siembra, por lo que los esfuerzos y la acción nunca pasaran inadvertidos. Para ellos poco sacrificio y esfuerzo es lo mejor. En cambio, la gente exitosa recorre todos los caminos y por difíciles que estos sean, nunca se rinden. Están dispuestos a todo lo necesario para lograr lo que aspiran hacer en la vida.
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