miércoles, 23 de marzo de 2011

8 Errores tontos que hacen las personas inteligentes



Seguramente usted conoce personas capaces que son asombrosamente improductivos. ¿Trabajar largas horas, insistir en lo mismo y nunca hacer algún progreso significativo es correcto?

En el transcurso de nuestras vidas desarrollamos hábitos improductivos que nos impiden lograr nuestros objetivos primordiales. Y a menudo, en el acelerado mundo en que vivimos y trabajamos, no notamos que estamos haciendo una y otra vez los mismos errores. Para vivir una vida equilibrada, beneficiosa y tener un trabajo satisfactorio y a largo plazo, es imprescindible liberarnos de estos descuidos.

He aquí ocho errores que a menudo hace la gente inteligente y cómo evitarlos:

1. Confunden estar ocupados con ser productivos. En su libro, la semana laboral de 4 horas, Tim Ferris dice, "Estar ocupado a menudo es una forma de pereza mental: perezosa e indiscriminada acción de pensamiento." En otras palabras: "trabajar más inteligente, no es trabajar más difícil," este es uno de los enunciados mas frecuentes del desarrollo personal de hoy en días. Pero como la mayoría de los clichés, pocas personas realmente lo aplican.

Eche un vistazo alrededor. Los “muy ocupados” superan a los productivos por un amplio margen. Gente corriendo todo día, camino al trabajo, conferencias, reuniones, compromisos sociales, etc.. Apenas tienen tiempo libre para la familia y raramente descansan lo suficiente. Sin embargo, mensajes de correo electrónico les llegan como balas de ametralladora y su planificador diario está hasta el tope de obligaciones.

Para ellos, su apretada agenda les da un elevado sentido de importancia. Pero todo es una ilusión. Son como hámsters en una rueda.

La solución: Tranquilo. Respirar. Revisar sus compromisos. Poner primero lo primero. Hacer una cosa a la vez. Comenzar ahora. Tomar un breve descanso en dos horas. Repita la operación.

2. Persiguen en el tiempo falsos logros. El crecimiento personal es un logro saludable. Siempre y cuando sea real. 'Juegos de crecimiento' que promocionan falsos logros están apareciendo en línea a un ritmo alarmante. Muchos de ellos se encuentran en productos y servicios proporcionados por marcas populares como Facebook, Twitter y LinkedIn.

Cada uno de ellos contiene un sostén psicológico que soporta un juego de crecimiento lleno de logros falsos: con Facebook es amigos; con Twitter es seguidores; con LinkedIn es conexiones.

Sí, cada uno de ellos tiene un propósito legítimo si se utiliza con moderación. Pero la mayoría de la gente se obsesiona con el juego de crecimiento y se olvidan completamente de la razón inicial por la que comenzaron a usar el producto o servicio.

Si está simplemente jugando el juego con fines de entretenimiento, está bien, pero si lo que está tratando de lograr es más y más amigos, seguidores y conexiones, déjeme decirle que sus logros son totalmente falsos.

Por eso, es imprescindible estar bien ubicado mentalmente sobre lo que se está haciendo y por qué se está haciendo.

La solución: ¿Pregúntese simplemente: esta haciendo esta actividad una diferencia positiva y tangible en mi vida o en la de alguien? ¿Es un verdadero y auténtico objetivo? ¿Lo estoy haciendo porque me gusta y lo hago libre de cualquier ilusión de beneficios a mí o a cualquier otra persona?

3. Aprenden a hacer algo y nunca lo hacen. Por desgracia, muy pocas personas viven para convertirse en la historia de éxito que soñaron. Por una razón muy simple: Nunca tomaron acción!

La adquisición de conocimientos no significa que está creciendo. El crecimiento ocurre cuando lo que sabes lo llevas a la práctica. La mayoría de personas vive en un aturdimiento total, nunca toman las medidas necesarias para que las cosas sucedan: solo buscan sus sueños.

No importa si se tiene un IQ de genio y un doctorado en física cuántica, no se puede cambiar nada o progresar si no se realiza ninguna acción. Hay una enorme diferencia entre saber hacer algo y hacerlo realmente. El conocimiento y la inteligencia son inútiles sin la acción. Así de simple.

La solución: El éxito depende del simple hecho de tomar la decisión de vivir, para ir después por los objetivos.

4. Medir logros equivocados. No se puede controlar lo que no se mide adecuadamente, y mas si lo que se mide predice su futuro. Si hace un seguimiento de las cosas equivocadas estará completamente ciego a posibles oportunidades que aparezcan en el horizonte.

Imagínese si, en una pequeña empresa, se le da seguimiento a la utilización de lápices y clips utilizados. ¿Tendría sentido eso? ¡No! Porque los lápices y clips no son una medida de lo que es importante para una empresa. Lápices y clips no tienen ninguna influencia sobre los ingresos, la satisfacción del cliente, crecimiento, el mercado, etc.

Se deben medir las cosas que están vinculadas directamente a su objetivo principal.

La solución: El enfoque correcto es averiguar lo que es su objetivo número uno y, a continuación, realizar un seguimiento de las cosas que se relacionan directamente con la consecución de ese objetivo. Es recomendable tomarse algún tiempo para identificar su objetivo número uno, identificar las cosas más importantes para realizarles seguimiento e iniciar el seguimiento inmediatamente.

5. Obsesionarse con la perfección. Muchos de nosotros intentamos ser perfeccionistas. Nos ponemos índices altos por alcanzar para sacar lo mejor de nosotros. Dedicamos tiempo y atención a nuestro trabajo y pasión para mantener nuestros altos niveles personales. Nuestra pasión por la excelencia nos impulsa al esfuerzo extra, a no detenernos y nunca ceder en el intento. Y esta dedicación hacia la perfección sin duda nos ayudará a lograr nuestros objetivos.

Pero ¿qué sucede cuando nos obsesionamos por el perfeccionismo? Por lo general nos desalentamos si no se alcanzan objetivos que, en nuestro afán perfeccionista, fueron fijados demasiado alto. Esto suele traer consecuencias para nosotros, haciéndonos renuentes a asumir nuevos retos o incluso a terminar tareas que ya habíamos iniciado. Nuestra insistencia en atender “todos” los detalles -hasta los mas pequeños- suele generar ineficiencia, causando grandes retrasos, sobrecarga de estrés y resultados muy por abajo de los esperados.

Los verdaderos perfeccionistas suelen tener dificultades para iniciar las cosas y más aun, cuando las inician, por lo general, no las terminan. Hay personas que por su perfeccionismo se la pasan planeando su propio negocio, iniciar o terminar una carrera profesional, comprar una casa mas amplia, o un coche nuevo y siempre encuentran una excusa para no hacerlo y esta –siempre- no es mas que un simple problema: su perfeccionismo.

La solución: En la vida real, el perfeccionismo no recompensa. Se premia a las personas que hacen las cosas, aun y cuando estas se hagan al 99%. Sólo a través de la lectura, años de práctica y la imperfección podremos comenzar a lograr la perfección. Por lo tanto, hay que tomar decisiones, aplicarlas y aprender de los resultados. Repita este método una y otra vez en todas las actividades.

6. Rechazar oportunidades por no sentirse 100% preparado. Si bien este punto puede relacionarse con el perfeccionismo, abarca lo suficiente por sí solo para ser comentado por separado.

Seguramente le ha tocado saber de aquel pariente, amigo o compañero de trabajo, muy inteligente pero persistentemente renuente a aceptar oportunidades de ascenso o mejoría profesional -o económica- simplemente porque piensa que no esta listo para ella. En otras palabras, porque cree que requiere más conocimientos, habilidades y experiencia antes de participar adecuadamente en la oportunidad. Lamentablemente, este es el tipo de pensamiento que sofoca el crecimiento personal.

La verdad es que nunca nadie se siente 100% listo para cuando surja una oportunidad. Y esto es porque son las grandes oportunidades en la vida las que nos obligan a crecer emocional e intelectualmente. Nos obligan a salir de nuestra zona de comodidad, y cuando no nos sentimos cómodos, no nos sentimos listos.

La solución: Recuerde que los momentos significativos de oportunidades de crecimiento personal y desarrollo, así como vienen se van a lo largo de la vida. Si desea hacer verdaderos cambios positivos en su vida, tendrá que aceptar estas oportunidades aunque nunca se sienta 100% listo para ellas.

7. Inundarse de opciones. En el actual siglo XXI, la información se mueve a la velocidad de la luz y las oportunidades de innovación parecen interminables. Así, tenemos una abundante variedad de opciones a la hora de diseñar nuestras vidas y carreras. Pero lamentablemente, esa misma abundancia de opciones nos lleva, a menudo a la confusión, la indecisión y a la inacción.

Estudios de marketing han demostrado que las compañías que ofrecen múltiples opciones de un mismo producto al consumidor venden menos que aquellas que ofrecen pocas opciones. Después de todo, limitar el producto a tres opciones a seleccionar es sin duda mucho más fácil para el cliente tener que seleccionar el producto de entre trescientas opciones. Si la decisión de compra es difícil de hacer, la mayoría de la gente mejor no la hace. Asimismo, si usted se inunda con demasiadas opciones, su subconsciente le dirá que mejor ninguna.

La solución: Si se esta vendiendo una línea de productos, mantenerlo siempre simple. Y si está tratando de tomar una decisión acerca de algo en su vida, no pierda su tiempo evaluando hasta el último detalle de cada opción posible. Elija algo que le guste y que usted crea que funcionará y a darle para adelante. Si no funciona, elija otra opción y adelante. Repita esta dosis hasta que encuentre algo que le guste y que funcione.

8. Carecer de equilibrio en su vida. Si le preguntas a cualquier persona lo que quiere de la vida las respuestas serian las siguientes: 'Amor', 'Dinero', 'Exito', 'Familia', 'Reconocimiento', 'Paz', 'Felicidad', etc. Como podremos darnos cuenta, todas estas cosas son totalmente diferentes, pero la gente las desea -todas- en su vida. Lamentablemente, la gran mayoría de personas no equilibran su vida correctamente para alcanzarlas.

Así encontramos empresarios de éxito quemados literalmente y solitarios ya que no se dan tiempo suficiente para ellos mismos. Tienen éxito pero no son felices. De igual manera podemos encontrar a un chico alegre y optimista, siempre sonriendo. Pero que duerme en una furgoneta compartida con otro joven y con frecuencia mendiga con los turistas por dinero. Este hombre podría ser feliz, pero no podemos clasificar su vida como una historia de éxito.

Estos son sólo dos ejemplos de estilos de vida desequilibradas. Bien podríamos pensar en docenas de otros ejemplos como estos fuera del grupo de personas que conocemos personalmente.

La solución: Cuando su vida esta totalmente ocupada y concentrada en un solo ámbito es fácil encontrarse fuera de equilibrio. Mientras que la unidad y el enfoque es importante, si se quiere hacer las cosas bien, es necesario equilibrar los distintos aspectos de su vida. Descuidar una dimensión por otra sólo conduce -a la larga- a la frustración y a la tristeza.



Fuente Original: http://www.marcandangel.com/


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