domingo, 4 de julio de 2010

Males endemicos que destruyen las organizaciones

Muchas empresas u organizaciones, de todos los niveles y de todos los giros, unas mas que otras pero todas sin reconocerlo, con el tiempo desarrollan enfermedades, las cuales se van desarrollando sin sentirlo, llegando incluso -en algunos casos- a formar parte normal de la misma, y a ser consideradas, por algunos directivos, como males necesarios.

Estos males endémicos en las organizaciones no son de reciente cepa, son de toda la vida, lo sorprendente es que a pesar de su conocimiento, poco -o nada- se hace para evitarlos o intentar solucionarlos.

Tal parece que cuando los directivos de las organizaciones se dan cuenta del mal, hacen mayor énfasis para agrandarlo que para solucionarlo.

Se aclara que el orden de presentación de los males es de acuerdo a su frecuencia y los efectos dañinos que ocasionan.
1º Falta de comunicación. Es muy difícil guiar a la gente si no le decimos a donde queremos llegar. Muchos directivos no se atreven a decir completamente la misión de la empresa por temor a no tenerla bien definida y de esa forma poder cambiar el rumbo intempestivamente. 

2º Empleados desmotivados. El no motivar a los empleados es una costumbre de administraciones cavernícolas, no están dispuestos a darles de las utilidades para que sean mas eficientes, aseguran que con el sueldo es mas que suficiente y si se les puede hacer trabajar mas por el mismo salario, mejor.

3º Desorganizacion de funciones. Una deficiente distribución de tareas causa que estas se dupliquen o lo que es peor, se hagan a medias o simplemente no se hagan. Muchas organizaciones gustan de funcionar sobre la marcha. No se sigue ningún procedimiento y sus empleados desconocen sus tareas y sus prioridades.

4º Incompetencia como líderes de los directivos. Así como no todos los lideres son directivos, no todos los directivos son lideres, lo malo de tal afirmación es cuando un directivo piensa que es líder porque sus seguidores lo hacen por temor.  No olvidemos que el mayor porcentaje de personas que  abandonan la empresa, tiene como motivo su jefe. La compañía que se mueve por un sistema de “voz y mando” está caduca hace tiempo.

5º Deficiente distribución de tareas. Cuando una empresa pequeña crece, lo normal es que se contrate personal nuevo, y algunas funciones que tenia una persona ahora pasen a ser responsabilidad del nuevo empleado, si dichas funciones son transmitidas sin que sean acordes a su puesto se estará ante una deficiente distribución de tareas.

6º Desconfianza de los jefes hacia los empleados. Muchos jefes mantienen la mentalidad prehistórica de que solo ellos saben hacer las cosas y cuando delegan algo, la supervisión es tal que llegan a asfixiar a sus empleados y terminan por hacerlo ellos mismos, no sin antes hacerle saber al empleado lo "ineptos" que son. La supervision es buena cuando esta se hace como tal, le transmite confianza al empleado y le da seguridad para emprender nuevas tareas.

7º No tomar en cuenta el rendimiento individual. En muchas organizaciones el tabulador salarial es estándar de acuerdo a los puestos, sin importar si uno tiene funciones esporádicas adicionales y sin contar el esfuerzo que se realiza para cumplirlas. Esto hace mucho daño a las empresas. Si una persona cuenta con habilidades diferentes de los demás es bueno considerar otorgarle algún premio por su esfuerza y conocimientos, de no ser así, se ira en busca de quien si se los remunere adecuadamente.

8º Conformismo de los empleados. Este punto va relacionado con el anterior ya que si el empleado no encuentra un trabajo que remunere su esfuerzo y talento le invadirá un sopor laboral que lo llevará irremediablemente al conformismo y aplicar la clásica actitud: "dizque me pagan, dizque trabajo".

9º Imposibilidad de desarrollar una carrera profesional. Cuando algún empleado -con cierta antiguedad -empieza a sentir la necesidad de mejorar su nivel académico y no ve que la empresa se muestra interesada en su desarrollo, es muy viable que lo haga por su cuenta dedicándole parte de su economía y parte de su tiempo de descanso, originando con esto un recelo hacia la organizacion. Cuando esto sucede, por lo general, cuando el empleado consigue sus objetivos académicos es común que abandone a la empresa -que no lo apoyo- sin remordimiento alguno y hasta con cierto gusto.

10º Los rumores. Existen directivos con una extraña mentalidad y un gusto muy especial por darle valor a los rumores, inclusive gustan de iniciarlos. El manejar una organizacion a base de chismes o rumores es dejar en manos de los mas "listos" aspectos que a la larga solo los beneficiarán a ellos y no a toda la empresa.

Como se comentaba en un principio, estos males endémicos son conocidos por todos los directivos que están al frente de las organizaciones, pero hacen poco a nada por solucionarlos, será porque vienen de una generación donde esto era lo mas normal o porque no han evolucionado de acuerdo a las nuevas tendencias administrativas, o porque "simplemente no se les antoja".
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