sábado, 19 de junio de 2010

Las penas por delitos de cuello blanco

Los hampones de cuello blanco pueden obtener una rebaja de un año en sus penas si se someten a rehabilitación.

Lo divertido es que muchos descubren repentinamente que tienen problemas de abuso de sustancias.

El 9 de febrero fue puesto en libertad Samuel Waksal, ex CEO de ImClone, luego de servir 5 años, seis meses y dos semanas por tráfico de información privilegiada, nueve meses menos que la condena original. ¿Por que el recorte de tiempo?

Él fue recompensado por participar en un programa de rehabilitación por uso abusivo de sustancias.

El detalle es que él no hace uso abusivo de sustancias – o al menos no lo hacía hasta hace unos meses antes de que se le dictara sentencia. Waksal le dijo a un agente de condena condicional durante su entrevista de pre-sentencia que él solo era un "bebedor social" y bebía alrededor de cinco copas de vino por semana.

En su audiencia de aceptación de cargos, Waksal hizo saber al juez bajo juramento que nunca había sido tratado por adicción a las drogas o al alcohol. Pero pasado un mes, los abogados de Waksal les dijeron a las autoridades federales que él había desarrollado una reciente "dependencia al alcohol" y que se beneficiaría de un tratamiento por su recién adquirida adicción.

Cuan conveniente, dado a que el programa de rehabilitación es la principal vía en que los hampones de negocio reducen tiempo de sus sentencias. Waksal no quiso hacer comentarios debido a que era un asunto privado.

Waksal es uno de muchos reclusos de cuello blanco quienes han descubierto las delicias del Programa Residencial de Abuso de Drogas del Buró de Prisiones.

El tratamiento para los reclusos federales que abusen de las drogas (incluye alcohol) ha estado presente desde 1919, pero no fue hasta el 2004 que el Congreso estadounidense aprobó la ley que ofrece hasta 12 meses menos de condena para delincuentes no violentos quienes completen un programa de orientación.

Ese año, sólo 3.755 reclusos estuvieron en el programa de rehabilitación. En el 2008 había 18.000 prisioneros en el mismo, con una lista de espera sobrepasando los 7.000.

La Coalición de Transición de la Justicia Criminal del 2009, un grupo de organizaciones que abogan por la reforma de la justicia criminal, le está pidiendo al presidente electo Barack Obama que expanda el programa para aún más reclusos. Incluso Sam Waksal podría brindar por eso.



Fuente Original: Forbes Magazine
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