Después de haber trabajado durante 15 años como principal redactora de la revista Money, Caroline Donnelly hace públicas algunas de las cosas que aprendió en lo referente a las finanzas:
- Nadie, ni mi corredor de bolsa, ni mi contador, ni mi cuñado, cuida tanto mi dinero como lo hago yo misma.
- No hay nada a lo que pueda considerarse por sí sola la mejor inversión. La única forma en que cabe esperar invertir atinadamente es la diversificación de las inversiones.
- Nada es definitivo: no lo son los bienes raíces, como tampoco lo es cualquiera otra inversión; no lo son los empleos, las exenciones fiscales, ni las escaseces.
- Las inversiones sencillas, normales, nos brindan, a mi parecer, los mejores rendimientos. No tengo tiempo para analizar las complicadas, así que no corro el riesgo de perder dinero en ellas.
- Una póliza de seguro contra cualquier perdida posible que pudiera yo pagar por mi cuenta, no representa sino que desperdiciar el dinero.
- A excepción hecha de la comida, no tengo necesidad de las demás de las cosas que compro, y eso esta bien en tanto no me engañe a mi misma sintiéndome orgullosa de que la tengo.
- A menos que sea absolutamente esencial, el obtener un préstamo para adquirir algún bien cuyo valor esta decayendo, es una estupidez.
- Si vivimos con cierta amplitud de acuerdo con nuestros ingresos, juzgo innecesario el hacerse un presupuesto.
- He obtenido mejores rendimientos de la energía que he empleado en mi carrera, que los que he logrado atendiendo a mis inversiones.
- A pesar de las apariencias, son muy pocas las personas, de entre mis conocidos, que saben realmente lo que hacen en cuanto a inversiones e impuestos. Y eso me tranquiliza.