Por un tiempo, las organizaciones sin fines de lucro habían trabajado de forma aislada; sin embargo, se fueron adentrando en el mundo corporativo en los años 80 y buscaron estrategias para promocionar sus propósitos benéficos con la ayuda de las empresas, por medio del conocido marketing con causa.
En la actualidad, este enlace entre empresas y organizaciones sin fines de lucro queda plasmado en el gran número de campañas publicitarias, en donde las compañías compran la buena voluntad de los consumidores promocionando sus productos bajo el lema de que “un porcentaje de las ganancias irán a cierta causa” o con el logo de una entidad benéfica impreso en el empaque.