Mucha gente, en todo el mundo
y en todos los niveles, sufre de mal clima laboral. Para transformarlo cada
persona debe resolver sus conflictos interiores: deben adoptar actitudes menos
nocivas y más proactivas
Todo empleado, obrero o
trabajador pasa -al menos- ocho horas diarias de lunes a viernes en su puesto
de trabajo, conviviendo con compañeros
que no escogió y a los que ve más que a su propia familia o a sus amigos más
íntimos.
De ahí que sea muy común el
haber discutido -e incluso enfadado- con alguno de sus compañeros. O que esté
harto de una o dos personas, a las que considera demasiado exigentes.