Cuando
alguien va a iniciar un negocio, además de pensar que tiene la idea de oro, le
nace una fuerte tentación de tomar decisiones tan solo para el corto plazo,
dejando de lado los desafíos que vendrán en el largo plazo.
Que
los proveedores, los clientes, el local, las estrategias de ventas, de compras,
del manejo del negocio; todo esto para
el corto plazo. Y muchos piensan -o han
pensado- que las situaciones a largo plazo “se verán en su momento, cuando se
presenten”. Pensar de esta manera acarrea el riesgo de que en ese momento, tal
vez ya sea demasiado tarde.
Hay
tres cosas fundamentales que se deben considerar en el momento de planear el
emprendimiento de un negocio: