Autor: Leigh Buchanan
Estas son algunas de las señales de que nuestros empleados nos detestan:
1. Contamos con uno o dos acólitos fanáticos: sí, este tipo de devoción puede ser prueba de que somos fabulosos. Pero, por lo general, cuando el jefe es aborrecido por todo el mundo, los oportunistas del personal se ofrecen como confidentes y amigos en busca de poder y favores a expensas de los empleados más honestos y críticos.