No se debe dejar la administración de una empresa o negocio a una persona sin experiencia comprobada. Sea este el mejor recomendado o hasta su propio hijo.
La persona a quien se le confíe la administración del negocio debe ser un profesional debidamente preparado para asumir todas y cada una de las acciones que se presenten durante su gestión. La empresa no debe ser un campo de practica o de aprendizaje. Quien llegue a ese puesto debe tener un "buen perfil".