“Prefiero ser temido a ser amado si no puedo ser las dos cosas”. - MaquiaveloHace algunos años, el ser un jefe irracional, iracundo, inconsciente, carente de sentimientos, que solo se preocupaba por el beneficio de la empresa y el propio, era el modelo perfecto para estar al frente de una organización. Ahora, las reglas han cambiado y todas esas “características” son utilizadas para definir a “un mal jefe”.
Y
es que un mal gerente afecta el ánimo de los empleados y, consecuentemente, eso
repercute negativamente en la rentabilidad en la empresa.