Aunque el debate sobre los exagerados salarios de los ejecutivos en EUA fue acalorado, prevaleció la sensatez a la hora de enfrentar el problema: el secretario del tesoro (Geithner) anunció que no impondrían fuertes restricciones, como topes salariales o revisión en detalle de los paquetes de compensación. En lugar de ello, exhortaban a las empresas a adoptar una serie de amplios principios para establecer los salarios, así como a hacerle a los accionistas más fácil asegurarse que lo hicieran.
Esto sería una gran decepción para los populistas, quienes esperaban un fuerte control sobre los salarios, a partir de las protestas por los exorbitantes bonos pagados en empresas rescatadas por el gobierno. Pero Geithner advirtió que imponer fuertes controles sería contraproducente. Al final, sólo aquellas empresas rescatadas tendrían restricciones en los bonos pagados a sus ejecutivos; algunas tendrán que someter los paquetes de compensación a una revisión por parte del alto gobierno.
El resto de las corporaciones escaparán de estos controles. Sin embargo el gobierno quiere una nueva perspectiva sobre la compensación. Entre otras cosas, busca que:
1) Las empresas eviten planes que ofrezcan grandes recompensas por tomar grandes riesgos a corto plazo.
2) Se reconsideren los “paracaídas dorados” (cláusulas que ofrecen grandes beneficios a un ejecutivo en caso de ser despedido), que recompensarían el mal desempeño
3) Las empresas sean más abiertas en cuanto a la lógica utilizada para tomar decisiones salariales.
A pesar de todo, el proceso de enlazar el pago con el desempeño funciona razonablemente bien en EUA. Muestra de ello es la cantidad de ejecutivos que han visto sus ingresos caer durante la recesión.
Pero quedan muchos que han ganado demasiado mientras sus empresas van mal, producto de que los comités de remuneración de las juntas directivas están compuestos de amigos de la alta gerencia. El gobierno trabaja en leyes que garanticen la independencia de dichos comités.
También sera necesario controlar a los consultores que asesoran a estos comités. Estos suelen trabajar para grandes firmas que tienen interés en no afectar a los jefes de las empresas, por temor a perder contratos en otras áreas. Algo similar a lo que ocurre cuando los auditores de la empresa son de la misma firma que los consultores gerenciales.
Arreglar el sistema de compensación requiere de algo más que unos cuantos controles. Por ejemplo, es necesario que los accionistas puedan revisar e influenciar, a través de su voto, los paquetes de compensación. Estos mecanismos son comunes en Europa. En el 2007, Obama patrocinó una medida de este tipo en el senado.
Fuente Original:Economist.com/businessfinance/displaystory.cfm?story_id=13837408