miércoles, 17 de octubre de 2012

El refuerzo positivo o la importancia del elogio en la organización



En la gestión del rendimiento, es común ver que la mayor parte de los gestores o capacitadores pasan la mayor parte del tiempo enseñando cómo lidiar con los problemas de rendimiento, y pocos -o ninguno- enseña cómo lidiar con un buen rendimiento.

No es que no piensen que el refuerzo positivo - o el elogio- sea importante, es sólo que piensan que es una obviedad o que para eso se les paga a los empleados. Y luego nos preguntamos por qué la satisfacción del empleado es tan baja y la rotación tan alta.


Una investigación realizada recientemente muestra que el reconocimiento por un trabajo bien hecho "siempre ocupa un lugar destacado como un motivador en las encuestas de los empleados”. Sin embargo,  la investigación también muestra que la mayoría de las personas no sienten que tienen suficientes elogios.

¿Por qué la habilidad del elogio está infravalorado e infrautilizado?

Tal vez sea porque todavía creemos en los siguientes mitos:

1. Pueden ser exagerados. En teoría, eso puede ser posible. Incluso algunos dirían que hemos criado una generación de niños que han recibido demasiados elogios. Si eso es cierto, pero también lo seria que los elogios se han quedado en casa. O si no, pregúnteles a sus empleados: "¿Cuántos de ustedes reciben demasiados elogios de su superior"?  El riesgo de que sus empleados puedan “enfermarse” por toda esa alabanza que  les podrían dar, es un riesgo que vale la pena correr.

2. Son muy fáciles de decir. Claro, es fácil decir "buen trabajo". La parte difícil es describir los comportamientos o características específicas que entraron para conseguir los buenos resultados. Es lo mismo en nuestras relaciones personales. ¿Cuántos de nosotros le decimos mecánicamente a nuestros esposas o hijos que los amamos, pero nunca les decimos por qué? La gente -en general- simplemente no es muy buena para describir las competencias (conocimientos, habilidades, comportamientos, actitudes) de una manera que tenga sentido.

3. Todo es cuestión de técnica. Sí, aprender a dar alabanza es importante, pero es mucho más que un ejercicio de desarrollo de habilidades. Más importante aún, la voluntad y la capacidad de dar la alabanza es un valor o un modo de pensar. Las personas que son excesivamente críticas, desconfiadas por naturaleza e inseguras, suelen estar muy distantes en el uso de la alabanza y las racionan en pequeñas cantidades solo en la más extraordinaria de las circunstancias. Las personas que son buenos en la alabanza tienden a ver a la gente -y al mundo- con diferentes ojos. Ellos buscan lo positivo y pueden ver lo bueno en las personas  mas fácilmente que el resto de nosotros. La buena noticia es que la mente se puede cambiar y las actitudes pueden ser aprendidas.

4. No todo el mundo necesita o desea elogios. O, Ellos lo saben, no es necesario que los oigan de mí. La necesidad de sentirse valorado y apreciado es una necesidad humana básica. Trasciende la cultura, la raza, el género y la edad. Claro, habrá quien diga que no necesita elogios y que lo diga de verdad, pero es seguro que estas mismas personas son las que tomarán esa boleta de calificaciones, evaluación de desempeño o correo electrónico para mostrarlo a su familia o mantenerlo como un recuerdo.

5. Se necesita mucho tiempo. Con el derecho de pensar (en busca de la sinceridad positiva), y las habilidades adecuadas (específica y puntual), la alabanza además de motivar a los empleados, mejoraran sus relaciones, y al final del día, le harán sentir que se es una mejor persona. No es un mal retorno de la inversión por 30 segundos de su tiempo.

Listo para comenzar pero no sabe por dónde empezar? Esto es lo que puedes hacer hoy para comenzar: Elige una persona. Podría ser el cónyuge, hijo, amigo, compañero de trabajo o empleado  y piense en una cosa que haya hecho recientemente que realmente sea apreciada. O bien, una característica que realmente admira de ellos. Anote las conductas o rasgos específicos que le han hecho sentir de esa manera, y por qué.

Entonces, dígaselo. Utilice el correo electrónico, teléfono, en persona, lo que sea ...., no importa.

Pero cuidado, las reacciones de la gente a la alabanza sincera y específica puede causar euforia prolongada y ser altamente adictiva.

No se exceda! Comience con una dosis de una vez a la semana, y luego aumente gradualmente la frecuencia hasta que la química de su cuerpo se estabiliza. ¡Buena suerte!
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