Tradicionalmente ha sido una costumbre de algunos contadores el incluir los gastos financieros dentro de los gastos de operación. Los gastos financieros incluyen intereses que se pagan por el descuento de documentos, por la compra a crédito de activos fijos, por obligaciones en circulación, etc.
Puesto que la utilidad de operación se divide entre los activos de operación para evaluar la actuación de la administración, no seria justo que un administrador se viera perjudicado en su evaluación por los intereses que se tuvieron que pagar sobre pasivos contraídos por otra administración del pasado y que haya obtenido el beneficio de dichos fondos.
Supongamos que un administrador necesitara recursos para adquirir nuevos activos fijos y que los accionistas no estuvieran dispuestos a proporcionar los fondos, o bien, que haciendo un estudio de costo de capital y de estructura financiera se llegara a la conclusión que era preferible financiar tales activos con pasivos. Por otra parte supongamos que otro administrador de otra empresa similar sí obtenga recursos de los propietarios para financiar la adquisición de dichos activos fijos.
¿Qué sucedería al evaluar a ambos administradores? Si los intereses que la primera empresa paga se incluyen dentro de los gastos de operación, definitivamente sí le afectarán al administrador en su evaluación.
Es muy importante recordar que en los tiempos actuales muchas empresas no son administradas por sus dueños, sino más bien por administradores profesionales, que están sujetos a evaluación por los propios dueños. Además siempre será lo mejor llamarle a las cosas por su nombre y no andar inventando cosas “nuevas”. Si camina como pato y hace como pato, es un pato. Los gastos de financiamiento son Gastos Financieros no de operación.