La confianza no había aparecido nuevamente en las empresas de EUA, luego de la conmoción ocasionada por la peor recesión desde 1930. La preocupación frenó la economía y, desde entonces, el objetivo de los jefes de empresas ha sido la supervivencia, por lo cual han llevado un estricto control sobre la contratación y el gasto.
Pero, desde marzo, los inversores se han abalanzado hacia las acciones, sin dejarse intimidar por los temores de una burbuja financiera, elevando a 60% el índice bursátil Standard & Poor's.
Esto es una señal de que podrían mejorar las perspectivas para una recuperación y disminuir los riesgos de una recaída en 2010 como consecuencia del impacto del estímulo económico federal de us$787 mil millones.
Los ejecutivos están empezando a compartir el optimismo de una tendencia alcista de Wall Street. Y quizás vengan mejores tiempos por delante. Más de las dos terceras partes de los ejecutivos empresariales encuestados en noviembre esperan que las ventas de sus negocios aumenten en los próximos seis meses.
En lugar de centrarse únicamente en la reducción de costes, ahora los ejecutivos se están preparando para el crecimiento propiciando nuevas contrataciones, la ampliación de inventarios y la creación de capacidades. Las encuestas indican que las empresas tienen el propósito de aumentar el personal de las nóminas por primera vez en un año durante el primer trimestre de 2010. Siete de las 10 industrias encuestadas, incluyendo minoristas y servicios empresariales, estiman que pronto tendrán nuevos trabajadores.
Asimismo, las empresas están empezando a ampliar sus inventarios con el fin de no salir perdiendo en las ventas. De esta manera, pareciera que el pesimismo comienza a desaparecer. Sin embargo, algunos ejecutivos estiman que el crecimiento de la economía de EUA será apenas de 1,9% en 2010. De ser así, no será un porcentaje que refleje un período de expansión económica, pero seguramente será mucho mejor que presenciar una nueva inmersión en la recesión.
Fuente Original: Business Week Magazine