De Nueva York a Los Angeles, de Edimburgo a Sydney, la crisis de los dos últimos años ha golpeado especialmente a los abogados. Mientras que algunas firmas tratan de sobrevivir, el reclutamiento de personal en esta área está parado. Los pocos afortunados que consiguen trabajo se tienen que conformar con puestos mal pagados.
Y lo mismo está sucediendo con los graduados de MBA que buscan trabajo como consultores. Incluso se dice que hasta McKinsey está en problemas. El hecho de que los recién graduados no logren conseguir trabajo es una señal de lo mal que están las cosas.
Aunque la base del problema fue una crisis más severa de lo normal, ya está claro que habrá consecuencias estructurales a largo plazo, por no hablar de la brecha de crecimiento que habrá entre las mejores firmas y el resto.
El despido de abogados ha sido siempre muy mal visto y, por tanto, no fue común en las recesiones pasadas. Pero este año pasado “ha sido uno de los peores para los escritorios legales”, asegura Law Shucks, un blog de la industria. Ha habido 218 casos de despidos masivos en 138 de las firmas más grandes, incluyendo a Clifford Chance, una firma británica cuya expansión global antes de la crisis es vista ahora como un error.
Por su parte, Thacher, Proffitt & Wood, una firma neoyorkina que en el 2007 obtuvo la mitad de sus ganancias a partir de las finanzas estructuradas, quedó devastada por la explosión de la burbuja hipotecaria y tuvo que disolverse en diciembre de 2008. Le siguió en mazo de 2009 una venerable firma de Filadelfia Wolf, Block, Schorr y Solis-Cohen.
En lo que a consultoría gerencial se refiere, Marsh & McLennan reportó durante el tercer trimestre del año pasado una caída del 10% de sus ganancias, que representa muy bien el encogimiento general de la industria. No es fácil ganar acceso a las cifras. Sin embargo, para asegurarse suficiente dinero para enfrentar la crisis financiera, incluso firmas de la monta de McKinsey y BCG contuvieron una parte de los bonos de sus socios.
De las tres más grandes, se dice que McKinsey y Bain sufrieron una caída de sus ganancias el año pasado, mientras que a BCG apenas le fue bien. Las tres compañías niegan que hayan hecho despidos masivos. Si bien McKinsey cuenta ahora con un 10% menos de consultores.
Aunque los mejores ganaran a costa del resto, los escritorios legales sufrirán un profundo cambio estructural. Por primera vez, los departamentos legales que contratan escritorios legales están sufriendo una gran presión presupuestaria y, por tanto, están exigiendo mayores resultados.
Según un reciente artículo escrito por Larry Ribstein, profesor de derecho de la Universidad de Illinois, los escritorios legales tendrán que empezar a experimentar con nuevos modelos de negocio. Dicha experimentación podría significar incluso el abandono del ya tradicional modelo por asociación.
Fuente Original: The Economist.com