Esta ley fue plasmada por Thomas Friedman, columnista de la sección de Economía -y ganador de tres Pulitzer- del New York Times, en su libro The Lexus and the Olive tree.
“Nunca ha habido dos países, ambos con McDonald´s, que hayan tenido una guerra desde que McDonald´s se instaló en ellos”
La ley se popularizó al dar a conocer el hecho de que no hay dos países en los que esté instalado McDonald's que se hayan declarado la guerra. Mediante una utilización imaginativa del método inductivo se llega a la conclusión de que los países con McDonald´s no se declaran la guerra.
Esta ley ha tenido dos excepciones: el ataque de la OTAN a Yugoslavia en 1994 y la Guerra de las Malvinas. Aunque los partidarios más ortodoxos de la ley incluso niegan que la primera fuera una excepción, ya que no fue una guerra entre países sino entre Yugoslavia y una organización, la OTAN. Y la segunda excepción no es tal ya que en Argentina colocan el primer McDonald's en el año de 1985 y la Guerra de las Malvinas fue en 1982.
El sorprendente hecho que revela esta ley ha sido interpretado de manera muy diversa:
Para autores liberales y partidarios de la globalización supone la constatación de cómo los países con mayor libre mercado resuelven sus diferencias de forma pacífica, y cómo la extensión de la globalización debiera extender la paz al aumentar la interdependencia económica y cultural entre los pueblos; al contrario el proteccionismo estatal daría menores incentivos para mantener la paz.
Por el contrario, autores marxistas y miembros del movimiento antiglobalización interpretan este hecho como la constatación de la hegemonía norteamericana sobre el modelo de globalización y, sobre todo, como un indicio más de que las decisiones clave en materia política ya no la marcan los gobiernos democráticos siguiendo el interés general, sino las multinacionales siguiendo su interés comercial.