Primero que nada monte a la gente correcta en el autobús, luego baje la gente incorrecta del autobús, y finalmente asegúrese que la gente correcta está sentada en los asientos correctos, y entonces usted debe pensar a donde dirigirse.
Cuando usted tiene gente disciplinada no necesita la jerarquía, porque ellos pensaran en forma disciplinada, serán disciplinados en la acción, y usted no tendrán burocracia ni requerirá de excesivos controles.
Y si combina todas esas cosas con una cultura empresarial ética, usted alcanzará la alquimia de un desempeño excepcional.
La gente no es su activo más importante, la “gente correcta” es su activo más importante.
Fuente: Jim Collins, Good to Great.