En todas las empresas, por lo general, hay activos que ya no se utilizan o su uso es limitado por diversos motivos como la obsolescencia o daños por casos fortuitos.
Esta situación es importante considerarla para mantener la cuenta de Activo Fijo con datos que no engañen a los analistas en su preparación de estrategias de inversión.
Los Activos Fijos en desuso -o en ociosidad- deberán estar valuados a su valor neto de realización que vendría a ser el precio estimado de venta menos costo en que se incurriría en venderlos.
Cuando la ociosidad sea temporal, la depreciación o el demerito se calculará y registrará en la medida en que esta afecte la vida útil productiva remanente.
Si la ociosidad se vuelve definitiva habrá que asignarle un valor neto de realización y la diferencia contra el valor neto con el que hubieran estado registrados se aplicara a resultados, sea ganancia o pérdida, al momento de su venta.
La situación de ociosidad temporal o definitiva de los activos deberá revelarse apropiadamente en los estados financieros y/o en sus notas.