El ambiente de negocios actual obliga a las empresas a tener una estructura flexible de tal manera que puedan adaptarse rápidamente a las demandas del mercado. Por ende, muchas compañías en la actualidad tienden a reducir al mínimo posible su tamaño, de tal manera que todos los recursos de la organización (financieros y humanos) sean enfocados a la creación de valor al cliente.
El Downsizing es una estrategia que consiste en reducir lo más posible -o incluso, eliminar por completo- aquellas áreas no estratégicas de la empresa. Como complemento de esta encontramos el outsourcing, estrategia que permite que la empresa se dedique exclusivamente a su área principal de competencia (o core competence) y deje que aquellas actividades que no están directamente relacionadas con el proceso de satisfacción al cliente, y por ende que no agregan valor a la compañía, sean realizadas por personal externo a la misma.
De esta forma con el uso del outsourcing actividades como contabilidad, sistemas de información y mantenimiento son eliminadas dentro de la organización para ser realizadas por un externo.
Entre las ventajas que se obtienen de la combinación de este par de estrategias bien podríamos encontrar las siguientes:
- Reducen costos.
- Optimizan la operación de las empresas.
- Permiten atacar con prontitud mercados nuevos.
- Evitan la dispersión de recursos.
- Permite explotar las potencialidades del negocio.