Una lección de sabiduría de los indios del estado de Dakota, Estados Unidos, reza así:
“Si descubre que está cabalgando un caballo muerto, desmonte.”
Pero en la economía y en las empresas, adoptamos diferentes estrategias:
- Buscamos un látigo más fuerte.
- Cambiamos de jinete.
- Decimos “Siempre lo hemos cabalgado así”
- Creamos un grupo de trabajo para analizar al caballo.
- Visitamos otras tribus para ver como ellos cabalgan sus caballos muertos.
- Desarrollamos nuevos estándares de calidad para montar caballos muertos.
- Creamos una fuerza de choque para revivir el caballo muerto.
- Incorporamos una unidad de entrenamiento, para aprender a cabalgar mejor.
- Hacemos comparaciones entre diferentes caballos muertos.
- Modificamos los criterios que definen cuando un caballo está muerto, y cuando no.
- Traemos gente de afuera para que intente cabalgar el caballo muerto.
- Juntamos varios caballos muertos, para que corran más rápido.
- Explicamos que “un caballo no puede estar tan muerto que no pueda ser fustigado.”
- Invertimos para mejorar el desempeño del caballo muerto.
- Contratamos un estudio para ver si conseguimos consejeros más baratos.
- Compramos algo que haga que los caballos muertos corran más rápido.
- Explicamos que nuestro caballo es “mejor, más rápido y más barato” muerto.
- Formamos un grupo de mejoramiento de la calidad para encontrar un uso para caballos muertos.
- Revisamos las condiciones de desempeño para caballos.
- Creamos una unidad independiente de costos para caballos muertos.
- Matamos al mensajero que viene a decirnos que el caballo se murió.