“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.- Eduardo Galeano
La
motivación -palabra que deriva del latín motivus, que significa “causa del
movimiento”- puede definirse como aquel incentivo, interno o externo, que hace
que una persona vaya hacia un determinado objetivo. Es el impulso necesario
para que se ponga en acción, o para que deje de hacerlo. Es un estado interno
que activa, dirige y mantiene la conducta.
Hay
dos tipos de motivaciones:
- Intrínseca: Es cuando el individuo realiza una actividad por el simple placer de
realizarla sin que nadie de manera obvia le de algún incentivo externo. Tiene
su origen en lo interno del individuo y lo hace comportarse en una forma
determinada para el logro de sus propósitos. La
autosuperación es considerada como la más grande de los motivadores intrínsecos:
- Extrínseca: Esto es cuando lo que atrae
al individuo no es la acción en sí, sino lo que se recibe a cambio de la
actividad realizada. En una organización serian todos los factores capaces de
provocar, mantener y dirigir la conducta del individuo hacia un objetivo. En
lo individual cualquier forma de recompensa.
El
conocimiento de las motivaciones en los seres humanos es de suma importancia
para el administrador, pues este puede crear las condiciones propicias para el
mejor desempeño de su equipo y la realización del trabajo.
Algunos
ejemplos de condiciones que pueden motivar hacia el trabajo serían los
siguientes:
1.
Ambiente de trabajo positivo.
2.
Participación en las decisiones.
3.
Involucración en los resultados.
4.
Sentido de pertenencia al grupo.
5.
Ayuda para crecer profesionalmente.
6. Escúcheles.
7.
Agradecimiento.
8.
Premie la excelencia.
9.
Celebre los éxitos.
10. Estabilidad en el empleo,
11.
Salarios y prestaciones justas.
"El management no es más que motivar a otras personas."- Lee Iacocca