Pitágoras
decía que "Si" y "No" "son las palabras más antiguas
-y las más cortas- que requieren, para decirlas, el pensamiento más profundo y
reflexivo".
Seguramente
estaremos de acuerdo en que estas dos palabras hay que saber decirlas en el
momento oportuno a las personas correctas y de la forma más adecuada.
En
la vida diaria, no cumplir con algunos de estos sencillos principios podría
convertirlo en una persona “barco” o en un inflexible.
De
igual manera, en las organizaciones, se debe aprender a tener cuidado al utilizar
estas palabras, ya que podrí inhibir la iniciativa o truncar las posibilidades
de conseguir que se haga algo.
Sin
embargo en muchas ocasiones nos olvidamos de que hay maneras de decir
"sí" que pueden tener los mismos resultados devastadores que decir
“no”.
He
aquí tres ejemplos:
"Sí,
lo sé ...": Cuando los administradores pronuncian estas palabras,
transmiten el siguiente mensaje: "Yo no necesito tu opinión, yo lo sé
todo". Esa es una manera segura de alejarse de la sabiduría de sus
colegas. Lo mas adecuado es decir: "No, no lo sé". Se sorprenderá del
valor que tiene esta frase en la creación de una cultura organizacional
participativa.
"Bueno,
sí y no ...": Esa frase parece reflejar equilibrio, pero por lo general termina
por ser confusa. Un líder tiene que ser positivo y asertivo. Si bien el ser
asertivo es un rasgo maravilloso en sí mismo, este debe estar acompañado del
positivismo. La asertividad - muy distinta de la agresividad- es el antídoto al
estilo péndulo de "sí y no" de algunos directivos.
"Sí,
pero ...": Quiere decir que las cosas no están bien del todo, y alguien tiene
las excusas de por qué esto es así. Cuando
se proponen grandes cambios, siempre se tienen que enfrentar a varios "Sí,
pero...". Personas que constantemente se oponen a las ideas nuevas y tienen
a la mano listas de razones acerca de por qué no vana funcionar. Los “Si,
pero....” desalientan la innovación. Quien la diga es una persona que no está
dispuesta a correr riesgos para cambiar lo que ya esta hecho, y no confía en las
soluciones que sus colegas proponen.
Estas
tres frases no abarcan todo lo que aflige al arte de decir "sí", pero
se encuentran en el corazón de la indecisión que afecta el liderazgo hoy en dií.
¿Está de acuerdo?