Por Alfonso Bolio Arciniega*
En México entre 95 y 98% de las empresas son familiares; la mayoría enfrenta problemas para asegurar su permanencia y lograr transitar de una generación a otra. Según datos estadísticos, de seis empresas en primera generación, dos pasan a segunda, y sólo una de ellas llega a la tercera.
A continuación “pecados mortales” conductuales:
1) Ignorancia: En la empresa familiar suele confundirse el concepto de “propiedad” con la capacidad de dirigir, la cual requiere de una serie de cualidades, buenas prácticas, estudio y mayor preparación. Para dirigir una empresa hay que estar inmerso y presente en ella.
2) Irresponsabilidad: Se da cuando se ignoran las leyes del mercado, pues ello puede devenir en prácticas inadecuadas como la remuneración a los familiares, lo que puede traer como consecuencia falsear costos, dejar de ser competitivos, etc.
3) Engaño: Cuando se confunden los lazos afectivos con las actividades laborales. Se deben hacer las cosas en el lugar que corresponde: actuar como padres en casa, y como jefes en la empresa.
4) Mentira: Al presentarse retrasos innecesarios en la sucesión en la empresa, es decir, se descuida la formación de uno o varios sucesores que cuentan con las aptitudes requeridas para desempeñarse como tales en un futuro.
5) Ocultamiento de conflictos: Es sano recordar la existencia de los conflictos y hay que permitir que surjan para resolverlos; es fundamental el manejo adecuado de los mismos. Hay que ponerse de acuerdo para estar de acuerdo.
6) Negligencia: Cuando se permite el deterioro de la comunicación en la organización. Es importante ser competente, congruente, coherente, compasivo y comunicativo.
7) Simplismo: Consiste en faltar a la diversidad de roles que cada elemento puede desempeñar en las diferentes actividades que tienen los miembros de la familia (accionista, familiar, empleado, directivo, miembro del Consejo de Administración y del Consejo Familiar), y procurar vivir el rol del momento.
8) Superficialidad: Descuidar la transmisión de valores fundacionales como afán de logro, austeridad, ahorro, sueños, visión a largo plazo. Hay que estudiar las cualidades del fundador del negocio para que se pueda seguir su ejemplo.
9) Candidez: Consiste en decidir lo que conviene, dejar las cosas en orden y ser realista.
10) Soberbia: Creer que la familia empresaria, sólo por serlo, no incurrirá en falta. No hay vacuna inmunizadora para ello. “Empresa” y “familia” deben ser conceptos entendidos de forma separada para evitar confusiones al interior de la organización y entender que a su interior existen tres sistemas: familia, empresa y propiedad.
Estos sistemas, a su vez, incluyen tres enfoques en las empresas familiares: legal (testamentos, fideicomisos, usufructos, pago de impuestos, regímenes matrimoniales, acciones, etcétera), normativo (reglas de funcionamiento que quedan plasmadas en un documento privado que se le denomina de diferentes maneras tales como código familiar, convenio marco, carta magna, etc.) y psicológico (sentimientos, motivaciones, actitudes, deseos, simpatía, resentimientos, envidia, conflictos, celos, etcétera).
______________________________________________________________________*El autor es director general del IPADE, profesor de las Áreas Académicas de Factor Humano y Empresa-Familia.
Fuente: IPADE Business School