Algunas herramientas contables no sólo no ayudan a las personas a tomar buenas decisiones en sus negocios, también pueden desviarlas de sus objetivos.
En uno de sus recientes estudios, Investigación Contable Contemporánea, Gavin Cassar mostró que la elaboración del presupuesto no ayudó a un grupo de empresas a prever con exactitud sus ingresos.
En un segundo estudio, constató que los análisis de proyecciones financieras contribuían a aumentar las aspiraciones optimistas de los emprendedores, llevándolos a sobreestimar los niveles subsecuentes de ventas y de empleo.
“Ha quedado demostrado en diversos estudios que las personas son extremadamente optimistas”, dice Cassar. “Lo que es interesante es que, cuando usted recurre a las herramientas contables, el optimismo es aún mayor. Esto muestra que la utilización de esas herramientas, consideradas saludables por muchos profesores y agencias del gobierno, puede llevar a errores aún mayores”.
Cassar no está sugiriendo que se ignoren las actividades y las técnicas contables. Inversores y órganos reguladores esperan que las empresas implementen sistemas contables sólidos. Y es lo que deberían hacer, dice él, ya que los informes financieros proporcionan un mapa detallado de un negocio y su desempeño.
Pero, para Cassar, hombres y mujeres de negocios —principalmente emprendedores, que apuestan tanto su reputación como su fortuna personal en sus iniciativas— deberían comprender las limitaciones de las estimaciones contables.
Proponer razones por las cuáles el resultado planeado tal vez no sea alcanzado, o relacionar de forma consciente las experiencias pasadas a la tarea de previsión que tiene entre manos son estrategias que los individuos pueden utilizar para reducir la ocurrencia de pronósticos extremadamente optimistas o confiados.
Fuente Original: Wharton.universia.net