Al finalizar un ejercicio contable, los saldos de muchas cuentas del libro mayor pueden incluirse sin cambios en los estados financieros.
Por ejemplo el saldo de la cuenta de efectivo, casi siempre es la cantidad que se incluye en el balance general. Sin embargo hay otras cuentas que necesitan de la ejecución de asientos de ajuste.
Se denomina asientos de ajuste a los asientos en el libro diario con que se actualizan las cuentas al final del ejercicio contable. Todos los asientos de ajuste afectan, cuando menos, a una cuenta del estado de resultados y una del balance general.
Así, un asiento de ajuste siempre se aplica a una cuenta de ingresos o a una de gastos, además de una de activo o pasivo.
¿Existe un método sencillo para saber cuando se necesita un asiento de ajuste?
Si, son cuatro los tipos básicos de partidas que requieren asientos de ajuste.
Los primeros dos son las partidas diferidas. Estos se generan al registrar una transacción de manera tal que se posterga o difiere el reconocimiento de un gasto o ingreso
Los otros dos tipos de partidas que requieren asientos de ajuste son las acumulaciones que se generan con un gasto no registrado en que se ha incurrido o un intereso no registrado que se ha devengado.
Estos asientos bien se pueden efectuar al cierre de cada período contable o al cierre del ejercicio.