La frase rendimiento o rentabilidad de la inversión se relaciona con uno de los conceptos más importantes en finanzas empresariales.
Los activos totales empleados en un negocio crean la necesidad de una cantidad equivelente de fondos que deben ser captados en los mercados financieros. Estos fondos deben pagarse al tipo de interés de mercado.
El pago sólo puede provenir de las plusvalías derivadas del uso eficiente de los activos. Relacionando estas plusvalías con el valor de los activos que las generan, podremos hallar los parametros de rentabilidad de la inversión.
Si estos rendimientos son iguales o mayores que el costo de los fondos, entonces el negocio puede ser viable. Sin embargo si la rentabilidad es inferior, el negocio no tiene futuro a largo plazo.
El valor de los activos aparece en el balance y los beneficios correspondientes se muestran en la cuenta de pérdidas y ganancias.
Asi, relacionamos el valor de la cuenta perdidas y ganancias con el valor del balance para obtener la rentabilidad.
El concepto de la rentabilidad de la inversión es universal, pero los métodos de medición varian enormemente. Esta falta de consistencia causa confusión en la mentes de mucha gente, tanto del sector financiero como de otros sectores.