A nadie le gusta trabajar para un micro-gerente. Medidas que puede tomar para que no lo califiquen como uno.
Una nueva "buzzword" (palabra resonante y bulliciosa) se encuentra de moda entre la elite gerencial de los países desarrollados, del pícaro mundo empresarial: "micro-manager". Esta palabra (micro-gerente) ya se encuentra definido en el diccionario Webster, como: "quien administra con excesivo control y atención desmedida a los detalles".
Definitivamente a nadie le gusta trabajar para un micro-gerente. El término caracteriza a alguien con una visión limitada de los negocios. Es un término altamente peyorativo, alcanza lo ofensivo, dependiendo del tono en que se diga.
El tema se ha hecho actual y polémico por un artículo aparecido en el Wall Street Journal (Agosto 12, 2009) que se pregunta "Un Presidente Micromanager: ¿Cuánto Detalle es Suficiente?".
Se refiere naturalmente al peculiar estilo gerencial de Obama sobre el cual se pregunta si no es el de alguien que le encanta perderse entre la maleza e insiste en controlar a sus colaboradores. O si es tan especialmente inteligente y puede absorber más información que un mortal promedio.
Como a nadie le gustaría que lo califiquen de forma peyorativa, estas son algunas de las medidas que debe tomar para no ser denominado - por sus equipos de trabajo - como "micro-gerente":
1. No perder de vista el panorama general.
El clásico micro-gerente tiende a ignorar a sus colaboradores. Las mejores sugerencias le parecen tonterías. Sea cual sea el proyecto o trabajo nunca pierda de vista su objetivo final. Esto le ayudará a evitar frustración y finalizar el proyecto o las tareas más rápido.
2. Evite correcciones a mitad del camino.
Cada etapa de un proyecto - sea grande o pequeño - debe definirse y completarse. Evite hacer cambios o alteraciones antes de terminar la etapa programada. Esto conlleva atrasos e incrementos en costos. El caso típico - de lo indicado - ocurre a los arquitectos, que diseñan una casa habitación. Es corriente, que cuando la construcción ya ha comenzado, la dueña de casa descubre que la cocina no es lo suficientemente grande e insiste en que se agrande.
3. Delegue micro-decisiones.
Los micro-manager tienen serios problemas para delegar. Ellos quieren tomar todas y cada una de las decisiones.
Para no caer en ese error, delegue decisiones de menor envergadura en personas que han tenido experiencia en tareas similares a las que se desarrolla. Siempre es conveniente reconocer y aprovecharse la experiencia ajena. Consulte las decisiones menores que involucran detalles y deléguelas en esos colaboradores.
4. Los micro-trabajos son importantes
La calidad de cualquier proyecto depende de pequeños detalles. Estos pueden convertirse en serios obstáculos. Un gerente nunca debe perder de vista el panorama general.
Muchas veces la micro-gerencia es resultado de la impaciencia. Se debe recordar que todo buen trabajo requiere tiempo. La paciencia fue necesaria para construir las catedrales góticas. Las pirámides tampoco se hicieron en un par de meses.