sábado, 11 de febrero de 2012

Dos breves consejos para detener el lloriqueo de su equipo


Si bien sabemos que no todo es perfecto y que los pequeños detalles no entorpecen las grandes acciones, entonces, ¿por qué hay quienes en los equipos todavía se quejan?


Habrá quien nos diga que esto es parte de la condición humana, que el quejarse forma parte de nuestro ADN,  pero eso no tiene por qué descarrilar a su grupo.

Cuando alguien de su equipo se siente frustrado y cree usted que necesita más que tan solo un oído comprensivo, haga lo siguiente:

Promueva la iniciativa. No permita que personas que le presentan un problema se acerquen sin haber intentado resolverlo. Transmita la confianza para -antes- intentar soluciones. Asesorar a sus colaboradores para que  hagan lo que ellos piensan que está bien es necesario para evitar estas situaciones y obtener resultados positivos.
 
Fomente el positivismo. Si el problema es de algunos compañeros del equipo, anímelos a trabajar unos con otros para comprender mejor la naturaleza del problema, y luego crear una solución conjunta. Recuérdeles que la mayoría de las personas no son intencionalmente difíciles.
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