jueves, 1 de septiembre de 2011

9 errores que suelen cometerse en las entrevistas de trabajo


Contratar a alguien para su equipo es una de las tareas más importantes que los gerentes deben saber hacer. Y esto debido a que una mala decisión podría resquebrajar al grupo e inclusive llegar a destruirlo.

De ahí la importancia de estar debidamente capacitado y preparado adecuadamente para hacer la entrevista.

Sin embargo, aun capacitado y preparado para esta función, es común que se cometan errores, esto ultimo -generalmente- debido a las habilidades del entrevistado para saber venderse o errores que el entrevistador suele cometer, consiente o inconscientemente.

Aquí están los 10 errores más comunes que se cometen en el proceso de la entrevista:

1. No tener en claro las habilidades requeridas para el puesto. Los entrevistadores suelen darle mucha importancia a las habilidades o conocimientos específicos (p.ej. conocer un programa de software específico) y no ponen atención en las cualidades básicas (como el pensamiento crítico o la iniciativa) que son más difíciles de desarrollar.

2. No hacer las preguntas adecuadas. La mejor manera de predecir cómo las personas actuarán en el futuro es saber como han actuado en el pasado. Con demasiada frecuencia los entrevistadores preguntan al entrevistado cómo reaccionarían ante una situación hipotética, en vez de cuestionarle sobre situaciones reales difíciles que hayan experimentado. Por ejemplo, algunos preguntan: "¿Cómo manejaría a un cliente difícil?" En cambio, un buen entrevistador preguntaría: "Cuénteme de alguna vez que haya tenido que manejar un cliente difícil. ¿Cómo se acercó a el? ¿Cuál fue el resultado? "

3. No sondear a fondo. Frecuentemente, los entrevistadores hacen una pregunta e inmediatamente se van a la siguiente. Los buenos entrevistadores profundizan y sondean un poco más, porque así conocerán más detalles de algunas experiencias que podrían cubrir las necesidades del puesto de trabajo y que no figuran en una curriculum. Un buen entrevistador haría preguntas de seguimiento como: "Eso suena interesante. ¿Cómo lo hiciste? ¿Fue exitoso? ¿Cuál fue el reto más grande? ¿Cómo lidiaste con eso? ¿Que sucedió entonces?"

4. Hablar demasiado. Algunos entrevistadores suelen hablar demasiado sobre la empresa, sobre su propio trabajo, sobre su forma de ser... y al final de la entrevista, lo único que hicieron fue hablar de sí mismos. Eso los hace sentir que tuvieron una gran conversación, pero, en realidad, lo que tuvieron fue una pésima entrevista ya que al final los que queda es que saben poco sobre el candidato.

5. No saber simular actividades de trabajo. Es crucial cuestionar a los candidatos sobre situaciones problemáticas hipotéticas para verlos en acción. Esto bien podría ser simulando actividades similares a lo que estarían haciendo en el trabajo. Al igual que un entrenador de fútbol, seleccionar jugadores sin ponerles pruebas o verlos en acción, es estar contratando de oídas. No se debe hacer una entrevista sin saber lo que harían realmente en acción al hacer el trabajo.

6. No ser sinceros. Un entrevistador inteligente garantiza que los candidatos tengan un conocimiento realista del trabajo que van a desarrollar, de la organización y de la cultura de la misma, de modo que los candidatos vean sus perspectivas a futuro. Cuando los entrevistadores restan importancia a los aspectos menos atractivos de los puestos de trabajo -como un trabajo aburrido o de largas horas- lo único que logran es que una vez contratados, los empleados acaben con no querer estas más ahí.

7. Entrevistas de una sola vía. Una buena entrevista es una conversación de dos vías, no un interrogatorio. Es importante asegurarse de que los candidatos obtengan una buena comprensión del trabajo, la cultura, y las expectativas, y para ello, debe haber un montón de tiempo para que hagan sus propias preguntas.

8. Ser descorteces con los candidatos. Hay algunos entrevistadores que cancelan las entrevistas el último minuto, sin disculpas, o se ponen a leer su correo electrónico durante la entrevista. Esto puede hacer que los mejores candidatos prefieran no trabajar para la empresa.

9. No "cortejar" a candidatos fuertes. Los entrevistadores a menudo sienten que son “producto terminado” y por lo tanto no tienen en cuenta si la empresa es considerada como un lugar atractivo para trabajar. Los grandes candidatos –por lo general- tienen varias opciones, y si el entrevistador es grosero o desconsiderado, aun y cuando lo que ofrecen sea bueno, suelen no aceptar, incluso, muchos de ellos prefieren elegir un empleo de baja remuneración a uno donde ellos piensan que no va a ser bien tratados.
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