Un empresario vuelve de su oficina y en medio de un gran aguacero, ve a una joven muy atractiva en la parada del colectivo. Detiene su automóvil y pregunta:
- Llueve a cántaros.... ¿La llevo?
La joven duda un instante pero la torrencial lluvia despeja toda precaución y contesta:
- Ah, bueno, gracias.
Cuando llegan al edificio donde ella vive lo invita a entrar:
- ¿No quiere Ud. tomarse un cafecito, un whisky o alguna cosita que le invite con este frío?
- No, gracias, debo llegar temprano a casa.
- Pero, ha sido usted tan gentil, suba siquiera un ratito.
Él sube ante la petición de la joven. Cuando entran, ella le sirve un buen coñac y luego va a su dormitorio, del que retorna arreglada y perfumada, dejando entrever un cuerpo bellísimo bajo una blusa entre abierta. Beben algunos tragos, oyen música, charlan, ríen, entran en confianza, y como debía ocurrir, se van a la cama, hacen sexo con especial entrega, y luego dormitan.
A las 6 de la mañana siguiente él despierta preocupadísimo:
- Puta, que bruto, me quedé dormido.... ¿Ahora qué hago?
Medita, toma el teléfono, marca el número de su casa y tan pronto le responde su esposa, grita:
- MI AMOR, ¡¡¡NO PAGUES EL RESCATE !!! ... ¡¡¡HE LOGRADO ESCAPAR!!!