No son los incompetentes
quienes destruyen una organización;
ellos nunca acceden a puestos
en los que tengan la posibilidad de hacerlo.
Mas bien, aquellos que han logrado algo,
y desean conservarlo,
son quienes lo entorpecen todo.
Para que una industria conserve su vigor,
es necesario conservar
su constante fomento de renovación.