Para los administradores, el tener optimismo puede parecer una
gran característica: Un jefe con una poderosa actitud positiva motiva a otros y los
hace sentir bien. Pero hay un lado negativo también.
Un punto de vista
excesivamente positivo en un proyecto difícil puede dar la impresión de que
usted piensa que el trabajo es fácil y no requiere ninguna lucha. Y, cuando no se está preocupado por los problemas a los que su equipo se podría enfrentar, deja a los
demás preocupados por los riesgos.
También puede enviar el mensaje de que
los errores y fallos no son una opción porque el trabajo debe ser como una brisa. Los buenos gerentes saben que los errores son inevitables, y que el fracaso es sólo el
precio de la creatividad.
Así que la próxima vez que le diga a su equipo,
"¿Qué tan difícil puede ser?" Reconsidere si no estará siendo demasiado
optimista.