En
la gestión del rendimiento, es común ver que la mayor parte de los gestores o
capacitadores pasan la mayor parte del tiempo enseñando cómo lidiar con los
problemas de rendimiento, y pocos -o ninguno- enseña cómo lidiar con un buen
rendimiento.
No
es que no piensen que el refuerzo positivo - o el elogio- sea importante, es
sólo que piensan que es una obviedad o que para eso se les paga a los empleados.
Y luego nos preguntamos por qué la satisfacción del empleado es tan baja y la
rotación tan alta.