Antes de iniciar cualquier acción administrativa es imprescindible determinar los resultados que pretende obtener una empresa así como las condiciones futuras y los elementos necesarios para que ésta funcione. Esto solo se puede lograr a través de la planeación.
Carecer de este fundamento implica, además de graves riesgos, desperdicios de esfuerzos y recursos, haciendo, con esto, que la administración se vuelva algo improvisado y se den -sin control- una serie de eventos fortuitos con consecuencias nada agradables..
Por estas razones es que la planeación precede a las demás etapas del proceso administrativo, ya que planear implica hacer la elección de las decisiones más adecuadas acerca de lo que se habrá de realizar en el futuro.